Cuando hace cuarenta años estalló la guerra en el Líbano, Amin Maalouf decidió embarcarse rumbó a Chipre para pedir un visado y poder establecerse en Francia. Las gestiones duraron menos de un día, si lo comparamos con los controles que tienen que pasar en la actualidad los refugiados aquello fue un milagro. “Siento nostalgia por una época más civilizada, cuando cualquier persona podía ir y venir atravesando fronteras sin problemas”, dijo en la rueda de prensa donde presentó su nuevo libro “Un sillón que mira al Sena”, que acaba de publicar Alianza Editorial.
En su comparecencia estuvo acompañado por Valeria Ciompi, director editorial de Alianza Editorial que cumple ahora 50 años de existencia. Entre los actos de celebración han incluido la reedición de los 16 títulos más representativos de su histórico catálogo, autores recientes se mezclan con los clásicos de siempre y entre estos está una de las novelas más icónicas del escritor libanés “León el Africano”.
Amin Maalouf publicó su primer libro en España en 1988 y fue en Alianza, desde entonces siempre ha publicado en la editorial. Algo que les enorgullece tanto a la editorial como al autor. Toda su trayectoria, “desde aquel joven periodista exiliado hasta el escritor inmortal que se ha convertido y que ha sido acogido en la Academia francesa. Es un autor muy querido en todo el mundo”, señaló su editora Valeria Ciompi.
Precisamente el primer libro que publicó Amin Maalouf se desarrollaba en España. “Tengo una relación muy antigua con España, una relación amorosa y cada vez más estrecha. Con este libro son ya 16 los que he publicado”, explica el autor. “Hace unos años, me entraron ganas de escribir este libro después de ser elegido miembro de la Academia, la tradición de miembro electo es que se haga un discurso de elogió al predecesor, en mi caso era Claude Lévi-Strauss”, señala. Pero quiso ir un poco más allá y en el libro trata a todos sus predecesores desde 1634.
“De todos ellos cuento algunas de sus anécdotas más representativas. Son 400 años de historia vistos desde el sillón de la Academia. Así he podido ir estudiando cómo han ido cambiando la distribución de fuerzas entre cardenales y filólogos y como en el siglo XIX el pensamiento científico del mundo de la medicina o de las ciencias humanas se fue imponiendo la pensamiento canónico”, recuerda Amin Maalouf.
Los títulos de cada capítulo evocan un pasaje característico en la vida de los académicos. Como el primer miembro de la Academia que se ahogó en el Sena intentando salvar a un alumno o la persona que fue elegida en lugar de Víctor Hugo. “Al que nunca se le perdonó haber sido elegido y se quedó con ese estigma”, apunta con cierta ironía. Con respecto a los personajes más cercanos, cita en primer lugar a Lévi-Strauss, “su visión del mundo es muy parecida a la mía y me acompañó en mis estudios. Sus libros eran muy conocidos y muy respetados. Cuando preparé el discurso, su viuda nos invitó a su casa a mi mujer y a mí y me instaló en su propio despacho, ahí el vínculo se hizo más íntimo, apenas le conocía antes de su fallecimiento”, rememora con sentimiento..
Respecto a la época que estamos viviendo, se muestra ciertamente crítico. “En general, vivimos en una época de impostura, se dice que es más abierta que nunca la sociedad pero es mucho más cerrada. Las fronteras hace unos años eran más fáciles de atravesar, nunca han estado tan cerradas como ahora”, afirma con conocimiento de causa.
“En Francia y Europa se están perdiendo los valores de la Ilustración y de la Revolución Francesa. Cada vez es más preocupante lo que pasa en el mundo", opina con preocupación. “Escribí un libro “El desajuste del mundo” hace unos años y ahora está más desajustado que nunca. Creo que estamos entrando en un periodo bastante inquietante, mucho más cerrado, y en este contexto los movimientos políticos en Europa intentan reflejar la inquietud de mayor protección por el invasor del exterior. Pertenezco a gente de otra época, me escandalizo de lo que oigo en la campaña de Donald Trump. En todas partes del mundo ese discurso se está convirtiendo en la norma y no en la excepción”, analiza.
“A veces tengo la sensación de que el mundo avanza en el sentido contrario al que habría esperado, tanto en el mundo árabe como en el occidental”, opina y añade “la cultura francesa en Europa y en el mundo está en retroceso, es triste. Pero esto no afecta directamente a la cultura francesa sino a preservar la diversidad cultural y la lingüística, a través de cada cultura se transmiten elementos de civilización. Avanzar hacia un mundo con una sola lengua es un empobrecimiento cultural, nadie está dispuesto a renunciar a su lengua, se necesita acceder a la modernidad y acceder a la civilización a través de la propia lengua”
Para finalizar expresa lo que le ha supuesto escribir este nuevo libro, “para mí ha sido un autentico placer, lo he pasado en grande, he descubierto muchísimos personajes. He estado más de año y medio leyendo nuevos libros, documentándome y descubriendo personajes e historias perdidas. Ha sido un año de felicidad absoluta”, concluye. El sábado 28 de mayo estará en horario de mañana y tarde firmando sus obras en el stand principal de la Feria del Libro de Madrid para goce de todos sus lectores y amigos.