La victoria de Donald Trump a pesar de tener a toda la prensa mundial en contra nos predice una nueva época donde los medios informativos han dejado de ser influyentes. Una nueva época donde quien maneja hábilmente las redes sociales puede hacerse con el poder. Es una época donde finaliza la práctica de difundir noticias veraces, contrastadas, para que todo un aluvión de mensajes sin rigor, pero que llegan a millones de dispositivos móviles en segundos, dejen su huella en resultados electorales no previstos.