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Si eres Marta Ortega, la hija del hombre más rico de España, puedes pensar que todo el monte es orégano. Y más si el “Hola” y tus vasallos de Zara te dicen que creas tendencia y vas divina de la muerte con esos horribles “oufits” que te pones. No les hagas caso, es puta bola.

La escritora malagueña Esther García Llovet, publica en Anagrama "Cómo dejar de escribir". Con el Madrid más punk como telón de fondo, en esta novela humor, atmósfera y extrañeza se mezclan para confirmar una voz felizmente excéntrica, con un autor de culto, un manuscrito perdido y un hijo a la deriva en el verano de Madrid

Aquella noche en la que quedó finalista del Premio Planeta con una novela llena de amor, pasión y aventura al lado de Sébastien, el hombre al que había conocido otra mágica noche de verano, Pilar Eyre tomó una decisión: no abandonaría su incesante búsqueda del amor del francés. El caprichoso destino quiso que volvieran a encontrarse e intentaran encaminar sus pasos a la par, pero una sorprendente vuelta de tuerca del azar escribirá una nueva página en esta bella historia de amor.

Ricardo Castellanos, Richy Cerocomacero o simplemente Richy, es como se conoce al que probablemente sea el mejor relaciones públicas de toda España. La historia de un niño que soñaba con jugar en el Real Madrid, equipo en el que comenzó en los infantiles, que más tarde llegaría a ser jugador profesional, y que vio truncado su sueño debido a varias lesiones que lo apartaron definitivamente del deporte rey.

Pilar Eyre nos sumerge en la biografía íntima y secreta de una mujer de sensualidad inocente y refinada que, llegada a España en los años setenta desde su Manila natal, acabará convirtiéndose en una destacada figura de la alta sociedad de la época. Apasionada, libre, divertida y gran amante de los placeres, Muriel protagonizará una ardiente y tortuosa historia de amor junto a un apuesto y seductor artista que lucha por encaramarse al éxito.

Hola ¿cómo va su vida lectora? Por lo que veo mientras mi espíritu sobrevuela estanterías, hojea revistas, periódicos, escucha la radio, ve la televisión y en menor medida navega, parece como si nada sucediera. Nada más ajeno a la realidad. Su vida lectora es paralela  a su vida real. Si en política  es difícil sentirse representado y tanto lo que  ha pasado como lo que  está pasando es  cosa de nadie, nadie es responsable del pasado y nadie sabe afrontar el presente excepto  el sufrido, educado y responsable ciudadano.