Reseña de "El río que me habita”, de Rodrigo Soto
Hace tiempo leí una definición que me gustó mucho sobre el oficio de escribir novelas. Lamentablemente, por mi mala memoria, no recuerdo el texto exacto ni tampoco el nombre del autor. Pero más o menos decía lo siguiente: escribir una novela consiste en crear un universo del cual el lector sienta nostalgia una vez llegado al punto y final.