Dicen los maestros orientales que la sabiduría emana del silencio. El camino de la vida es largo y tiene bifurcaciones, así que cada pequeño aspecto influye en nuestras decisiones. Los ojos de quien toma fotografías también deben elegir cada instante, ya que esos momentos trazarán su propia cartografía personal. En el caso de Tania Abitbol, ese mapa tiene un elemento singular: la generosidad. Acercarse a cualquier localización –ya sea desde Katmandú y Nepal, Tibet o Bután‐ es hacerlo casi tocando la brisa de las montañas con las manos: ritos, paisajes, texturas, rostros y colores que lo impregnan todo configurando un relato mágico allí donde sucede la vida

Tania Abitbol fue de joven golfista profesional. Una lesión la hizo dejar los palos de golf por las cámaras fotográficas. Esa pasión por la fotografía le ha hecho recorrer medio mundo y siempre ha sentido una especial predilección por Birmania, ese país del sudeste asiático. Bien lo sabe el director de la librería De Viaje, Santos Valenciano, que ha cedido su espacio y ha presentado el libro Birmania que publica la editorial Lunwerg.