Yo también
11/10/2024@11:11:00
Atreverse a hablar, a mirar, a verte, más allá de las opiniones sociales que intentarán revertir el acoso al que se han visto sometidas muchas mujeres en su contra, y las tildarán de oportunistas, y serán, a su vez, acusadas y vilipendiadas nuevamente, produciendo un vértigo de dolor, donde vencer es solamente conseguir que te crean.
Guardamos en el olvido aquello que nos resulta escabroso, violento, roto, punzante, doloroso, amarillento. Esas acciones con las que cada día nos ilustran los telediarios sobre asesinatos, violaciones, secuestros,… y más cuando son perpetrados por menores de edad, por púberes, aparentemente, sin conciencia, por madres que rechazan a sus hijos, por padres que fuerzan a sus hijas. Terrible.
Cada uno entiende las cosas de una manera distinta. Hay a quien le duele y no lo soporta y quien llora sin dolor, hay quien prefiere no saber la verdad y otros que no les importa vivir en la mentira. Hay quien se hace fuerte con sus sentires y sus ideas y quien necesita que lo consuelen constantemente para poder resistir los envites de la vida.
Lo que parece una clínica de fertilidad, en realidad es una jaula. Es una trampa. Es una falsa apariencia, el colmo de la estafa. Es ilusoria la estancia allí de mujeres que buscan quedarse embarazadas.
Los que peinamos canas aún guardamos en la memoria las enseñanzas, consejos, lecciones, amenazas, advertencias, de la enseñanza nacional católica de los años 60.
James Joyce, aunque tenga tu Ulises en una estantería de mi casa, no estás, ni mucho menos, abandonado. Cierto es que te he abierto muchas veces, y que te he leído en partes sin orden ni concierto. Es demasiado el respeto que me infundes. Y, sin embargo, de vez en cuando te leo. Y me distancio, porque puede que yo sea un cualquiera, y tú me sales muy caro.
Ítaca, territorio de conquistas imposibles perdidas en el devenir de los tiempos. Ítaca, objetivo y fin de una guerra que nunca reclamó Penélope para sí. Ella, que se alzó sobre las cenizas del deseo consumido en el tiempo y fue auxiliada por la palabra esperanza. Fidelidad de diosa. Tenacidad de mujer, madre y esposa. Conjeturas de una vida que reivindican una respuesta a su interminable espera.
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Año 1600, en Alcalá de Henares. Quisiera contarte limpiamente los hechos. Pero están cargados de violencia, de ensañamiento, de sangre.
Todos queremos tocar la luna en alguna ocasión de nuestra vida. Esa luna blanca o amarilla que preside nuestras noches, nuestros sueños, nuestras huidas.
A veces creo que no nos estamos dando cuenta de cómo va cambiando la sociedad, las relaciones entre personas, los contratos laborales, la forma de enfrentarse al mundo.
Cada vez que pienso en lo nuestro, no acabo de creérmelo. No es posible que alguien me quiera, que me haga sentir emociones, que nos propongamos un proyecto de futuro.
"Se cumplen 150 años del nacimiento de Serafín Álvarez Quintero, y no queremos dejar pasar esta ocasión para rendirles, orgullosos, el mejor de los homenajes posibles: volver a representar en circuitos profesionales algunas de sus piezas más carismáticas y poner en valor la calidad de sus textos”. Así introduce el director e intérprete Alfonso Sánchez, uno de los componentes de ‘los Compadres’, su nuevo espectáculo: Homenaje a los Álvarez Quintero, que este mes de agosto llega a Madrid tras su exitoso estreno en Sevilla en 2021. La pieza, que podrá verse en la capital desde el miércoles, 17 de agosto, hasta el domingo 11 de septiembre, es uno de los platos fuertes de la programación al aire libre del Patio de Galileo este verano, en el Teatro Quique San Francisco.
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