22/06/2024@21:21:00
Con motivo del aniversario como Patrimonio Mundial de la Alhambra (1984) y el Albaicín (1994), a iniciativa del Ayuntamiento de Granada y Granada Ciudad de Literatura Unesco, se realizarán diferentes actividades en la ciudad entre las que se encuentra la inauguración de este festival Letrahistórica, refrendado por escritores vinculados con la historia de Granada, tales como Carolina Molina, Antonio Callejón, Mario Villén y Antonio Fernández, estudiante de Filología, que aportará un punto de vista más juvenil a la coordinación.
Edhasa, 2022
Estamos ante una novela-histórica elegante y documentada, sobre una de las grandes epopeyas de la Antigüedad y, como su propio título indica, se refiere a Troya y a su guerra de diez años de duración, que conllevó la destrucción del modo de vivir en el estrecho de los Dardanelos, y en la Troade. La narración pertenece a uno de los buenos narradores de la gran Historia novelada, como es el andaluz Mario Villén Lucena, su escritura es una garantía, ya que se documenta de forma excelente y no falsea la verdad histórica, aceptando algún dato historiográfico con muy buena disposición. Esta confrontación de dos lustros fue catastrófica para los troyanos, que ya no se levantarían nunca jamás. Los restos arqueológicos hallados, han dejado claro que esta evidencia ha hecho real el mito de la Ilíada de Homero.
José Zoilo, Mario Villén y Xavi Barroso son los finalistas de este año
La organización del Certamen Internacional de Novela Histórica “Ciudad de Úbeda” ha dado a conocer las tres obras finalistas del Premio “Los Cerros de Úbeda”. Las mejor valoradas por la comisión lectora del certamen, entre todas las novelas participantes, han sido: "El nombre de Dios", de José Zoilo, "La avenida de las ilusiones", de Xavi Barroso y "Nazarí", de Mario Villén.
Edhasa Editorial
Dentro, reitero, de lo bien que se realiza la novela histórica en las Españas, aquí tenemos otra que, dentro de la Plena Edad Media, merece todos los plácemes.
“Nazarí” es un título tan expresivo y contundente como la novela, y recoge en una sola palabra, patronímico y distintivo a la vez, la esencia de una familia de guerreros musulmanes cuyos azares se entrelazan con las vidas de sus enemigos cristianos; resume su destino supeditado a la fundación de una dinastía que marcó un antes y un después en la historia de Al-Ándalus, y confiere un carácter de gesta a lo que, en manos de otro autor, podría haberse quedado en mero “biopic” de un personaje legendario (en este caso, un campesino que, a fuerza de tesón, astucia y coraje, se convierte en Emir de Granada), y simple panegírico de un héroe enmarcado en su tiempo.
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Edhasa. 2022
Recién terminé la lectura de ILIÓN de Mario Villén Lucena y aún me siento atrapado. Bien cierto es que no uso en mis reseñas calificativos o expresiones como me enganchó, me atrapó desde el minuto uno o desde la primera página, pero en esta ocasión es que ese “atrapado” no es, no viene a significar que no pudiera dejar de leer la novela, por ser tal su intriga, su fluidez, (que también).
El movimiento almohade surgió en el Atlas africano en el primer tercio del siglo XII. Nació de la mano de algunas tribus bereberes reunidas en torno a Ibn Tumart, líder indiscutible. Su doctrina se basaba en la recuperación de la esencia del Islam mediante el retorno a sus fuentes originales: el Corán y la Tradición del Profeta.
Entrevista con el autor de "Nazarí"
Granadino de nacimiento y de corazón, el sociólogo, politólogo y autor Mario Villén Lucena prosigue con el éxito reciente de “Nazarí” (EDHASA, 2020) la serie de novelas históricas de corte épico dedicadas a la Historia medieval de España, y especialmente las tierras andaluzas que tan bien conoce, y que ya había comenzado con las novelas “El escudo de Granada”, sobre la epopeya de la defensa del castillo de Moclín, que se ganó a pulso ese apodo por su resistencia desesperada ante una fuerza enemiga aplastante, y “40 días de fuego”, que narra la violenta conquista, el saqueo y la destrucción de Sevilla en el siglo IX por hordas vikingas a las que nadie podía resistir, salvo las huestes de Abd al-Rahman II.
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