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Lacedemonia

Desperta Ferro Ediciones. 2021
06/09/2022@22:00:00

De nuevo una magnífica obra de la editora Desperta Ferro. Su colección bibliográfica es de categoría inmarcesible; todo lo que tratan suele ser magnífico y esclarecedor, sobre todo en las Épocas Medieval y Antigua, que son mi especialidad. Las mujeres no han ocupado, siempre, el mismo rol en la historia evolutiva de la humanidad; ya que el estatuto socio-político de las féminas ha dependido, sensu stricto, del lugar en el que han habitado. En esta obra de referencia, la aproximación es hacia las mujeres de Roma. Creo que es de rigor comenzar por el análisis realizado por la propia editora en su contraportada.

Ed. Gredos. 2022
El autor de esta obra es un griego notorio como orador, y político ateniense de prestigio. Demóstenes fue uno de los griegos más eximios del siglo IV a.C., vivió sesenta y dos años, entre el año 384 a.C., donde nació en el demo ateniense de Peania, hasta su muerte en el año 322 a.C., que fue cuando puso fin a su vida ingiriendo veneno, y así evitar caer en poder de Antípatro de Macedonia, que era el último general que restaba como superviviente de entre los militares o estrategos del Rey Filipo II de Macedonia, y, obviamente, estaba bastante descontento e irritado con el ateniense, por sus críticas al soberano de Pela. Demóstenes fue un político de una ética acrisolada, con un patriotismo apasionado, siempre en la defensa de la independencia de su polis de Atenas, ya que él se daba cuenta, de forma fehaciente de como el todopoderoso soberano de Macedonia era un peligro para las libertades de los ciudadanos del Ática.

Ed. La Esfera de los Libros
El autor es un historiador importante sobre Historia de la Antigüedad, nacido en la urbe legionense de Salamanca. Y se refiere a los dos conflictos bélicos, terribles, que se produjeron entre las poleis griegas, que luchaban por la defensa de su identidad, y el esclavista Imperio de los Persas, que ocupaba el territorio de los antañones medos.
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EDAF. 2022
La antigua polis del Peloponeso, Esparta, regida por la Constitución de Licurgo tenía dos principios concatenados, que eran el sumatorio de la felicidad colectiva y la virtud individual ad hoc. La solidaridad entre los espartanos era proverbial, y todos los lacedemonios tenían la obligación de, en la medida de lo posible, comportarse en pro del bien común. Es por todo lo que antecede, por lo que generaban envidias en el resto de los helenos.