Reseña de la novela "El bulevar de las hormigas", de Alfredo Cot González
El bulevar de las hormigas, desde su título, nos remite a una avenida ancha, generalmente arbolada y con un andén central. Un bulevar. Esta es la estructura del libro, un paseo de amplia visión en torno a la pequeñez inmensa de cada persona. Un recorrido cinematográfico, que convierte al lector en un espectador voyeur, con una perspectiva privilegiada, casi obscena al estilo Alfred Hitchcock, situado en la planta más alta del edificio, quien contempla junto a Ronny, el gran director de la compañía, a los operarios diminutos que realizan la demolición de los decorados.