El primer día de trabajo del año una paloma se empotró contra una de las ventanas de la editorial donde trabajo y ya no pudo remontar más el vuelo. Y yo, sin querer tomármelo como presagio de lo que estaba por venir (como aquello que escribió Leila Guerriero en alguna de sus columnas en El País Semanal: «En el alféizar de mi ventana había una paloma muerta, una metáfora de este tiempo caníbal»), me lo tomé como un buen símil de lo que podrían ser los dos personajes centrales de la nueva y esperadísima novela de Kiko Amat (esperadísima por lo menos para mí). Algo te persigue, tú no quieres o no puedes hacerle frente, huyes, en la huida te golpeas, y ese golpe, esa herida, te marca de por vida. La novela se titula Revancha y la publica, cómo no, Anagrama.