“Yo escribo para mis lectores, a quienes tengo que gustar es a ellos”
Pilar Eyre pretendió escribir una biografía novelada de Isabel Preysler pero, como en este mundo mandan los abogados y los políticos, no la quedó más remedio que cambiar los nombres de los protagonistas para que no lloviese sobre ella un chaparrón de demandas. Hizo bien, todos sabemos de quien habla y el nombre es lo de menos. La novela no pierde un ápice de interés por ello.