Este es mi cuerpo
Aves o flores ofrece Susana Benet en la acuarela sutil que da entrada a este poemario. Pétalos o almas sin color que auguran la luz y la sombra difuminándose en nosotros a través de la memoria y el negro. Parecería entonces que el autor de los textos va a imbuirnos en un mundo ascético, austero y monacal como anticipo de la sobriedad de la muerte. Nada más lejos. Al igual que sucede con la expectativa que genera el título Migración del Alma, la acuarela de Benet es muestra lo que no muestra, y que sin embargo está ahí delante, solo en frente de los ojos iniciados, todo el blanco que es luz y es esperanza para los que viven despiertos a la vida. Despiertos a la vida. Al viaje incesante y la muda continua de formas, de contactos, de vivencias.