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Juan Belmonte

Autor de “Pensilvania”
20/06/2022@11:30:00

Pensilvania es uno de los cincuenta estados de los Estados Unidos de América; no sabría localizarlo en el mapa, no me importa. Los americanos no saben localizar a España en el mapamundi y eso que muchas de sus tierras fueron conquistadas por españoles. La “Pensilvania” de Juan Aparicio Belmonte hace referencia a ese estado estadounidense, pero en la novela es más bien un estado emocional, el del autor que pasó cerca de un año por aquellas inhóspitas tierras. “Está en la misma latitud que España, hace un calor muy parecido, pero más húmedo. Es muy desagradable”, me aclara el autor nacido en Londres.

Vivir desde la propia muerte, y de ese modo, construir un universo telúrico, rompedor, punzante, autodestructivo y a contracorriente de uno mismo y de los demás. Azotes fabricados de palabras. Léxico amordazante como la más pesada de las cadenas. Solo te hace falta morir en la plaza no va de arrodillarse ni de resignarse.

En la presentación del libro estuvieron presentes el editor literario de la obra, Ignacio F. Garmendia; el nieto de Manuel Chaves Nogales, Antony Jones Chaves; los prologuistas, Antonio Muñoz Molina y Andrés Trapiello; el editor de Libros del Asteroide, Luis Solano; el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos y el diputado provincial de Cultura y Ciudadanía, Alejandro Moyano. La Universidad de Sevilla, que ha colaborado en la edición a través del CICUS, estará representada por su rector, Miguel Ángel Castro, y por el director de Cultura y Patrimonio del CICUS, Luis Méndez Rodríguez.
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Para celebrar la dispensa —al menos en Rusia y en Gran Bretaña— de la ansiada vacuna, les traigo una jocosa noticia que despertó de inmediato mi curiosidad: los cuatro leones —a saber: tres leonas y un macho— del zoológico de Barcelona se han infectado de la covid. No me negarán que la noticia no encierra su guasa; y no solo porque esta manada sea una flagrante representación del perseguidísimo machismo, sino porque las fieras, en esos jardines de exhibición, suelen permanecer bajo un “confinamiento” vitalicio. Entonces, ¿cómo ha sido posible el contagio? La gacetilla solo añadía que dos empleados del parque habían aquejado ya la enfermedad, insinuando, pero sin especificarla, que estos mantenían algún tipo de intimidad con los feroces felinos.