19/10/2016@07:07:15
Vivimos tiempos de cambio que invitan a romper con viejos moldes, dejar atrás rancias costumbres y emprender iniciativas atrevidas. Ya nada parece tener entidad para sorprendernos. Tanto es así que no me extrañaría leer en la prensa que el escritor Haruki Murakami era designado candidato a los premios Grammy como reconocimiento a que, en la década de los setenta, regentó un local de jazz —Peter Cat— al norte de Tokio, y a que gran parte de su producción literaria está plagada de temáticas musicales (incluso tiene un libro con el título de una canción de los Beatles: Tokio Blue-Norwegian Wood), tanto de rock, jazz como de música clásica. Muchos recordarán el ambiente sonoro que flota en la orwelliana novela 1Q84sustentado, sobre todo, en la Sinfonietta de Janácêk y la música de Bach.