Permítasenos comenzar este esbozo de ideas con una apostilla de orden personal: hace ya algunos años, el poeta y amigo Daniel Muxica (de quien ya habrá oportunidad de profundizar en su obra como se merece) tuvo la generosidad –un rasgo constitutivo de su persona y que se mantuvo inalterable hasta el fin de sus días- de acercarme un verso de Hölderlin que yo desconocía (huelga aclarar: como tantos versos, materias y autores que ignoro) y hacerme saber su procedencia. De hecho, uno de sus poemas (el que lleva por título "Nostalgia”, perteneciente al libro El poder de la música, Stephen & Bloom, Buenos Aires, 1983, 60 páginas) lleva ese verso como epígrafe: “Quizás el rey Edipo tenga un ojo de más”. La perplejidad –la fecunda perplejidad- se instala en el ánimo de quienquiera indague en el sentido de tal verso: ¿cómo es posible que Edipo, cegado por propia mano y desbordante culpa, ostente, aun así, un ojo de más, un ojo suplementario, un ojo con el que ve un horizonte que trasciende la mirada de los simples mortales? El presente borrador es un intento que aspira –sólo aspira- a responder a tamaño interrogante.
Merece la pena detenerse no sólo en la enunciación, sino en las derivaciones que de la misma dimanan a propósito de un concepto que Werner Jaeger sitúa al comienzo de su inestimable Paideia (F.C.E., México, 1957) explicando, precisamente, la palabra que da título a su obra: “Los antiguos tenían la convicción de que la educación y la cultura no constituyen un arte formal o una teoría abstracta, distintos de la estructura histórica objetiva de la vida espiritual de una nación. Esos valores tomaban cuerpo, según ellos, en la literatura, que es la expresión real de toda cultura superior.” ¿Qué rasgo distintivo, puede cualquiera interrogarse, hace de la literatura “la expresión real de toda cultura superior”?.
Estos son los libros electrónicos que se han ido de vacaciones con los españoles
Con el verano a punto de escribir su punto final, muchos de vosotros habéis vivido historias de amor imposibles, resuelto asesinatos o viajado al Imperio Romano. Ha sido un verano de lo más ajetreado, y todo, sin moverte de la tumbona. Las lecturas veraniegas siguen siendo un clásico de las piscinas y playas españolas, que se han llenado estos días de ávidos lectores deseando transportarse a universos aún más lejanos que su destino vacacional.
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“Se acabó la Guerra Fría. Ahora estamos en una guerra caliente contra el terrorismo”
Coincidiendo con la salida al mercado de la novella “El año de la langosta”, el segundo thriller del escritor británico Terry Hayes, ha venido el escritor a España para estar en la promoción de su libro y asistir a la Feria del Libro de Madrid. Su primera novela “Soy Pilgrim” fue un éxito de ventas que obtuvo los escalofriantes guarismos de 5 millones de lectores en todo el mundo. Probablemente, este nuevo thriller vaya por el mismo camino, al menos en Estados Unidos ha sido así.
Eileen Welsome revela en "Cobayas atómicos" los ensayos científicos ocultos que redujeron a mujeres, hombres y niños a la condición de «cobayas». Ha llegado el momento de descubrir su historia.
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