Publicamos un nuevo relato de nuestro colaborador Ángel Villazón
31/07/2022@11:00:00
La noche era ya avanzada cuando Guilliam realizaba los últimos ajustes en el tubo con el que enfocaba las estrellas. Introducía unos cristales, sacaba otros, y modificaba la posición de los demás. Abría y cerraba el compás para ajustar ángulos, tratando de conseguir la claridad y nitidez que deseaba para observar cada estrella o constelación. Una fugaz mirada a la bóveda celeste le indicaba que el verano llegaba a su fin. Pronto el cielo tendería a estar cubierto y el tiempo empezaría a ser inestable y lluvioso. Tenía que darse prisa y tomar los datos que le faltaban, registrarlos en sus pergaminos, y realizar los cálculos y las estimaciones de las distancias que aún le faltaban.