21/06/2020@12:41:45
«Yo no recuerdo la fecha de mi boda, pero sí recuerdo el día en que mi reumatóloga me dijo: “¿Y cómo tienes pensado levantar a tu hijo de la cuna si no tienes manos?”, mientras me mostraba mis radiografías. De eso, hace más de una década». Con 29 años, Patricia Pólvora recibió un terrible diagnóstico de los especialistas: acabaría en una silla de ruedas en pocos años y lo mejor que podía hacer era prejubilarse. Le acababan de diagnosticar una enfermedad crónica: artritis reumatoide, una dolencia autoinmune cuya causa se desconoce. La medicación que tendría que tomar a partir de ese momento le impediría, además, tener hijos.