Ed. Siruela, Madrid, 2017
En estos tiempos tan peculiares, donde abundan las publicaciones pero escasean los textos perdurables, es una suerte toparse con libros como éste, donde el viejo oficio literario permanece vivo porque el canon ha sido respetado, donde lo humano está presente en cada línea como una invitación a la eterna reflexión acerca de nuestros destinos y nuestra identidad; donde, en fin, el decir literario apoyado en rico lenguaje, en inteligencia descriptiva y en un exquisito y anglosajón sentido del humor nos pone delante la historia de una saga familiar que, por lo exquisitamente formal de la trama, no importa la fecha en que los personajes se mueven, sino la vigencia de las pasiones, de las dudas y la oscura traza de las intenciones se van sucediendo como un fresco histórico que pudiera ser perfectamente actual cambiando aquellos aspectos hacia la contingencia presente.