Hay viajes hacia el futuro que son tan sorprendentes como insospechados. Viajes marcados por la virtud de la esencia. De aquello que se convierte en fundamental cuando apenas somos capaces de adivinarlo o percibirlo. Viajes, donde lo inédito, remarca el espacio, la luz y las dos dimensiones de una forma nueva, única e intransferible. La esencia, una vez más, es sobrevivir a esa gota apenas imperceptible que, de pronto, se convierte en cascada con el paso del tiempo.