Las almendras..., doradas y blancas. Las sábanas..., bordadas de unas flores que parecen proyectadas por un rayo láser sobre la cama. Y al lado; al lado un cuerpo de mujer..., de dorados cabellos y blanca piel. Estética y sueño. Dulzura y miedo. Todo y nada..., bajo el influjo de ríos manchados de sangre, mares de aire que no pesan o cables de luz que transmiten notas de música.