En un acto realizado en la sede de la Fundación Caja Sol -edificio que anteriormente ocupó la Real Audiencia de Sevilla, construido bajo el reinado de Enrique II y que ha sufrido diversas reformas con el tiempo, la última de ellas en 1981- se presentaron las obras ganadoras de los premios Antonio Domínguez de Biografías 2020 y Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2020.
"Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre" radicaliza la trayectoria literaria de Sergio Galarza, que se instala ‐ya sin la máscara de la ficción‐ en la escritura confesional. Enmarcada en la llamada ‘literatura del duelo’ y con el Perú de Sendero Luminoso como inquietante telón de fondo,
Vivimos tiempos de cambio que invitan a romper con viejos moldes, dejar atrás rancias costumbres y emprender iniciativas atrevidas. Ya nada parece tener entidad para sorprendernos. Tanto es así que no me extrañaría leer en la prensa que el escritor Haruki Murakami era designado candidato a los premios Grammy como reconocimiento a que, en la década de los setenta, regentó un local de jazz —Peter Cat— al norte de Tokio, y a que gran parte de su producción literaria está plagada de temáticas musicales (incluso tiene un libro con el título de una canción de los Beatles: Tokio Blue-Norwegian Wood), tanto de rock, jazz como de música clásica. Muchos recordarán el ambiente sonoro que flota en la orwelliana novela 1Q84sustentado, sobre todo, en la Sinfonietta de Janácêk y la música de Bach.
Los académicos suecos están dispuestos a sorprendernos cada año
Nada más enterarnos de que el Premio Nobel de Literatura se había concedido a Bob Dylan estalló la polémica entre seguidores y detractores del cantante. La concesión del premio no deja de ser una boutade de una academia que hace muchos años perdió el norte, y eso que de norte entienden bastante, sobre todo en temas literarios pero, también en temas científicos, ya que muchos investigadores acusan a la Academia sueca de racista. Para ellos, los científicos del sur están subestimados. ¡Y no les falta razón!
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Que la poesía escrita le debe su esencia rítmica a la música, es un hecho que desde la época de los juglares queda constatado. Poemas cantables, como las antiguas cantigas portuguesas, demuestran que la línea que separa al poema de la canción es muy fina, si es que no son la misma cosa. Obviando las diferencias entre ambas disciplinas y centrándonos en sus textos, tanto la música, como la poesía, poseen una función estética común pero sin embargo parece que articulan un discurso literario diferente.
Se publican dos libros que analizan las letras de todas las canciones del cantautor norteamericano
Por Francisco R. Pastoriza
La pregunta de si Bob Dylan mereció el Nobel de Literatura fue la que con más frecuencia se planteó en todo el mundo desde el mismo momento en que la Academia sueca dio a conocer el nombre del ganador del premio en 2016. Para los seguidores de Dylan no había duda, aunque la mayoría, sobre todo la de habla no inglesa, conoce mejor la música de sus canciones que sus letras.
Por Héctor Maravall
Buena parte de las cosas que se decían en nuestro país en las plazas del 15-M, estaban ya escritas casi 50 años antes por Bob Dylan. Rodeados de tantas malas noticias en España y en el mundo en general, la concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan es un acontecimiento que debe llenarnos de alegría.
Un homenaje a la carrera del icono del folk y del rock que acaba de ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura, que recibirá el 10 de diciembre
En este libro de Cúpula, se le rinde un homenaje ilustrado a este músico, aclamado como la voz de toda una generación. Ahora, su trabajo recibe el galardón más prestigioso de la cultura por “haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”
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