PLAZA DE GUIPÚZCOA
29/10/2024@07:07:00
Lo bueno de lo que está pasando en el espectro político (como diría “El Uno” de los fiscales), es que estamos de vuelta de todo. Cuando tú vas, yo vuelvo de allí, le dijo Chenoa a Bisbal. Y total por unos cuernos de nada. No drames, tía, no son cuernos, es poliamor.
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La culpa de todo la tienen los optimistas, esas personas amables y bien pensantes que solo ven el lado guay de la vida y se han creído la milonga de la botella medio llena. Eso les pasa por leer libros de autoayuda y recitar sin sonrojo la estúpida falacia del “sé tú mismo”.
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Pienso cosas que luego pasan. Llámalo intuición. En mi caso es tan escandaloso que cuando ocurren, dudo si es un estigma o una casualidad. Como cuando dices que hace tiempo no ves a una persona y a la vuelta de la esquina te das de bruces con ella.
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Este artículo es un clásico del verano, como cuando Ana Obregón posaba metiendo tripa jugueteando con las olas en las playas de Mallorca. Qué tiempo tan feliz. Éramos tan jóvenes.
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El mejor amigo del hombre no es el perro, es el mando a distancia. Déjate de sensiblerías. El perro ladra, molesta, lo tienes que alimentar, pasear y recoger sus cagarrutas. Claro que te dan cariño, sólo falta que encima te tiren un bocao.
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Podría disimular y hacerme la enterada. Pero no merece la pena. Total pa’ qué. Confieso que no tenía ni puñetera idea de la movida Rammstein. Si no era una marca de electrodomésticos, como mucho y atando cabos me sonaba a grupo de rock duro o heavy metal.
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Qué raro ¿no? Ya no dicen nada de la tercera guerra mundial. ¡Qué viene Putin, qué viene Netanyahu! No les creas. Son unos boca chanclas.
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Demasiadas noticias chungas soportamos cada día. Así que vamos a empezar con un chiste y que nos quiten lo bailao. Le preguntan a Mafalda “¿Practicas algún deporte de riesgo? Sí -responde- a veces doy mi opinión”.
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Nadie se pone en el lugar del otro. Cuando te digan “me pongo en tu lugar”, no le creas, tío, es mentira. Y menos si te da golpecitos en la chepa. Te apenas por el prójimo, le escuchas, le compadeces, eso sí, te compro la moto, pero no te pones en su lugar, porque ya tienes bastante con lo tuyo.
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Lo entiendo, lo comprendo. Con el sol, el calor y las endorfinas se nos va un poco la olla. Es verano, la gente fluye, se dispersa, se ilusiona. Hasta Letizia ha dado un paso más superando sus propias líneas rojas. Su vestido corte sirena Hugo Boss, plateado, insinuante, súper escotado tan ceñido que se marcaba todo (y todo es todo) ha provocado un escándalo internacional.
Suspiró antes de descolgarlo de la percha. Al pasar la mano por el encaje provocaba un crujido suave y silbante. Sabía que podría habituarse al lujo con asombrosa rapidez. Como la suite que le habían adjudicado. Enorme y luminosa. En un lugar así tenía que resultar agradable hacer el amor. Aunque fuera por interés. El interés siempre estaba presente en el intercambio sexual.
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Estoy obsesionada con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Tanto, que hasta he soñado con González Pons y Félix Bolaños. Me había reunido con ellos en un despacho de la Comisión Europea y no precisamente para un trio erótico. Y hasta aquí puedo leer, que los sueños los carga el diablo.
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Tomar la iniciativa está sobrevalorado. Lo que importa es la eficacia. O sea, rematar la jugada. Hay que precisar qué tipo de iniciativa y qué grado de eficacia. Pero no vamos a marear la perdiz.
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Hemos celebrado el día de la mujer. De la mujer sexualmente realizada, la mujer independiente, la feminista orgánica, la súper woman y por supuesto la empoderada. La empoderada que no falte. Nadie sabe qué significa, pero que no decaiga.
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Empecé a maquillarme a los 15 años. Echa cuentas. Y ahora me entero que la línea negra debajo del ojo no me favorece. Voy a utilizar un kohl grisáceo. Dirás, a buenas horas mangas verdes. Pues mira, tampoco me vendría mal una sombra verde.
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