Azucena del Valle nos cuenta en su artículo "Bailar en un pueblo" sus recuerdos de cuando era joven y bailaba al son de la dulzaina y el tamboril en su pueblo abulense. Ahora, las orquestas de pueblo llevan más decibelios que los que utilizan los Rolling Stones en sus conciertos. Pese a eso, se nos han desmelenado la Vani y la Puri y han salido a bailar por todos los pueblos que han podido. Ya no bailan jotas, sino bakalao, que no es la comida típica de Portugal, pero que está igual de apetitosa.