M.A.R. Editor
En El taxista asesino encontramos el mundo como representación; nada es real, todo es falso, recreación de un decorado, un montaje para entretenernos. El ser humano es esclavo de su deseo, de la voluntad ciega de vivir. Para los personajes la vida es un anhelo y un tormento; en algunos textos el drama se analiza desde el humor, y en otros desde la introspección. Las dos pulsiones dominantes en esta obra son el amor y el odio; de su equilibrio nace eso que llamamos sociedad.