Un hombre se queda encerrado en una casa, mientras un escritor se encierra en un estilo. Una mujer ve dobles las botellas y el narrador ve dobles los adjetivos. Un macarra no sabe si a sus vecinos les ha tocado la lotería, pero a él le ha tocado ser un cuento en primera persona. Una inmigrante recibe en su teléfono móvil tres horas de silencio, y el autor pone los puntos suspensivos. También hay un anciano moribundo que quema todos sus libros, una carta que una niña leerá cuando sea adulta, un cuarentón que busca no cometer su crimen, un chaval que se hace un lío con el VHS y un jubilado que, como Alberto Olmos en este libro, consigna sus encuentros con la vida. De amor se habla hacia atrás y de parejas hay dos combates.
Guardar las formas reúne doce maneras de ponerse por escrito, doce situaciones de riesgo donde la soledad, el dinero, la tecnología o la muerte nos inspiran terror, empatía, fascinación o estremecimiento. El cuento enseña a ceder enseguida la palabra, y este debut de Alberto Olmos en la narrativa breve, debut en el que abundan la indagación y la fiesta, trata sobre todo de dar voz a los otros, de huir de sí.
Alberto Olmos (Segovia, 1975) ha publicado las novelas A bordo del naufragio (1998), Trenes hacia Tokio (2006), El talento de los de más (2007), Tatami (2008), El estatus (2009), Ejército enemigo (Literatura Random House, 2011) y Alabanza (Literatura Random House, 2014). Su labor literaria en internet dio lugar al volumen Algunas ideas buenísimas que el mundo se va a perder (Caballo de Troya, 2009), donde reunió textos ajenos, y a Vida y opiniones de Juan Mal-herido (2010) y Pose (2013), que recogen buena parte de su narrativa digital. Fue el responsable de la antología Última temporada. Nuevos narradores españoles 1980-1989 (2013) y es el editor encargado de Caballo de Troya en 2016.
Puedes comprar el libro en: