Juan Cobo Wilkins estuvo acompañado del editor Ignacio Garmendía quien destacó la importante trayectoria del autor, tanto en el terreno de la poesía como de la narrativa. “El primer poema del libro enlaza directamente con el anterior poemario. Es una continuación biográfica desde la descomposición, el desarraigo y la orfandad”, ha señalado el editor en la presentación de la obra.
El poeta onubense llegó a Madrid desde lo más alto de su ciudad en tren. “Mi casa está en el edificio más alto de Huelva. Me lo compré para que dijeran de mí que soy el escritor de más altura de mi ciudad”, dijo con sorna andaluza el poeta de Minas de Riotinto. “He venido cruzando nieblas, pasando oscuros túneles, hasta que de repente se despejó el día y vimos la luz. Un buen presagio para el libro”, apuntó.
El contenido del libro responde al título. El poeta asiste a un mundo habitado y habitable que ha visto caer lo más sólido de nuestra cultura, hasta las Torres Gemelas. “Todo se ha ido trastocando y nos hemos quedado flotando en un vacio perdido. Vivimos un tiempo hiriente y lacerante”, describe Juan Cobos Wilkins con un cierto tono pesimista que los editores quisieron corregir diciéndole que se fijará en lo bueno de la vida.
“Pretendo que la obra sea solidaria con los más desfavorecidos, de ahora y de siempre”, señala y en este punto recuerda su poema: Triunfante. La niña del Nevado del Ruiz. A mediados de noviembre de 1985 entró en erupción dicho volcán. La población colombiana Armero sepultó a Omayra, que tenía trece años de edad y no pudieron salvarla por falta de material. Mientras, todas las televisiones del mundo, grababan y grababan. “Que yo pueda salir de aquí triunfante”, decía la niña. Lo sucedido fue una metáfora viva de la injusticia del mundo. Este es uno de sus poemas más trágicos a la vez que hermosos.
No todo el poemario está lleno de desesperanza. Hay recuerdos gratos de la infancia y del amor. Aunque reconoce el poeta onubense que “no es un libro para leer deprimido. Es un abrazo del que es solidario en la emoción” y añade “un libro de poemas se explica por sí mismo”. Su libro, desde luego, se explica por sí mismo pero de una manera hermosa pero, a la vez, hiriente en su existencia.
“Mi deseo, al escribir, es tener los pies descalzos para pisar el sustrato de la tierra. Me interesa la literatura en la que se está firme sobre la tierra pero a la vez que deje paso a la imaginación”, explica Juan Cobos Wilkins en la presentación que se llevó a cabo en el restaurante Saporem a los medios de comunicación, muchos de ellos de Andalucía, que viajaron en el periplo con el autor.
En los últimos años, sus poemas han sido musicados por intérpretes del flamenco, como Arcángel y con este nuevo poemario espera lo mismo. “Es un honor que estrellas del flamenco se fijen en mi obra”, señala. Ahora el espectáculo “Planeta Jondo” se ha fijado en su obra. Estos seis músicos onubenses, que trabajan sobre un mismo denominador común, el Flamenco, tienen influencias del jazz y de los boleros y utilizan las letras del poeta onubense para realzar su música desgarradora y llena de esencias del sur.
“El título es la esencia del libro. He contado lo que quería contar. Reconozco que hay muchos poemas desgarradores, donde la desolación y el desarraigo campan a sus anchas y creía que no sería capaz de escribir poemas esperanzadores”, refiere. “Hay poemas que hablan de la inmortalidad y para eso se fija en la metamorfosis del gusano que teje una crisálida con sus hilos de oro para convertirse en mariposa y así vivir una y otra vez”, concluye el poeta que quiso ser un día gusano de seda.
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