Mientras trabaja en la restauración del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, Julia Álvarez recibe una noticia devastadora: su marido ha sido secuestrado en una región montañosa del noreste de Turquía. A partir de ese momento, Julia se verá envuelta sin quererlo en una ambiciosa carrera por controlar dos antiguas piedras que, al parecer, permiten el contacto con entidades sobrenaturales y por las que están interesados desde una misteriosa secta oriental hasta el presidente de los Estados Unidos.
El ángel perdido relaciona una trama de ficción en un escenario casi por completo real: Santiago de Compostela y otras ciudades de la ruta jacobea son algunos de los lugares donde se desarrolla la acción, aunque la localización en algunas instalaciones secretas estadounidenses (cuya mera presencia es una gran duda, pueden existir o no) de algunas escenas, pese a no ser cien por cien realista, ayudan a dar toques de acción, intriga y misterio a la trama.
La base histórica de esta novela nos remonta a los tiempos del Diluvio Universal y las múltiples figuras vinculadas a este evento. No sólo Noé, sino también otros héroes mitológicos de las culturas hindú o mesopotámica, juegan un papel muy importante, aunque lo que se cree es que todos estos personajes fueron, en realidad, uno sólo. De este modo, Javier Sierra nos muestra relaciones subyacentes entre culturas que nunca interaccionaron.
Sobre estos acontecimientos documentados por las bibliografías religiosas y mitológicas y sobre distintos lugares relacionados con dichas religiones, se construye un argumento que gira en torno a la búsqueda del contacto con Dios, en la que unos buscan el poder y otros, seguir su propio destino.
Los personajes que dan vida a esta novela son muy variopintos, van desde personas con fuertes creencias en las ciencias ocultas, una mujer con un maravilloso don que le permite conocer el pasado de otra gente o trabajadores del sector policial y de seguridad tan opuestos como un inspector de fuertes convicciones comunistas o los típicos investigadores norteamericanos, fríos y de acción autómata.
En definitiva, una novela en la que el mejor Javier Sierra nos sumerge en un mundo en el que historia, magia, tecnologías ancestrales y ciencia de vanguardia se aúnan en un thriller tan evocador y documentado como original.
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