"Los demonios de Berlín" es una novela mediante la cual, tras años de trabajo y de una detallada documentación, Ignacio del Valle construye de manera brillante la ¿última? aventura de Arturo Andrade: resolver la misteriosa muerte de Ewald von Kleist ocurrida durante los últimos estertores de la Segunda Guerra Mundial mientras en un bunker Hitler asiste al hundimiento del Reich.
Durante el progreso de la novela contemplamos lentamente cómo los demonios, concretados en el temido avance del ejército rojo y en los continuos bombardeos ingleses y estadounidenses, arrasan una de las grandes capitales europeas hasta convertirla en lo más parecido a un solar. Mediante la progresión y el avance de este caos, Ignacio del Valle va pintándonos los momentos, las almas, los pensamientos de tal manera que el lector se verá dentro de la novela participando, opinando y sufriendo con los bombardeos sobre Berlín, con la plomiza presencia de los demonios del protagonista y, sobre todo, veremos los nuestros porque, si bien es cierto que Arturo sufre durante la Segunda Guerra Mundial, todos estamos bajo los bombardeos de la vida.
El proceso de documentación que permite al autor dar vida a sus historias dentro de la Historia, también le permite, como a los grandes escritores, saltársela, enmendarla, cambiarla si hace falta, al servicio de una trama de secretos, intrigas y derrotas que consiguen seducirnos para que sigamos con atención la peripecia vital del Arturo Andrade y su exorcismo berlinés. Pero, en el fondo, el autor no hace concesiones ni con la Historia, ni con el amor, ya que el amor y la guerra van de la mano en esta novela: Asistimos a una lucha dentro de otra lucha, la relación entre Arturo y Silke.
Ésta es también una novela visual, cinematográfica. El autor de Tiempo de emperadores extraños consigue que los personajes vivan, actúen, padezcan. Crea un escenario, una atmósfera sólida que casa bien con el amplio conocimiento de la época. Los personajes son perfectamente creíbles, para nada impostados: nos arrastran hacia ellos por pura verosimilitud.
Además, la novela tiene las proporciones necesarias para que no terminemos exhaustos por el viaje, nos dosifica y va haciendo crecer la trama para que al final terminemos satisfechos. Los diálogos son perfectos (largos cuando la trama así lo requiere y punzantes en las zonas más intensas) y el ritmo, denso pero nunca lento, está adecuado para la combinación de indagación en las causas de la tragedia y progresión histórica que muestra.
En definitiva, Ignacio del Valle ha completado una gran novela y cierra con ella una trilogía, pero no sabemos qué será de Arturo Andrade. Pese a eso, Los demonios de Berlín aborda grandes temas muy cercanos para todos: el amor, la traición, la fidelidad a los ideales, la extrema megalomanía y habla de las almas, del perdón a uno mismo, de la maldad. Los demonios de Berlín es metáfora del conflicto vital, ilustra la lucha que todos llevamos por dentro que no es procesión, que es conflicto, es deseo de catarsis o de exorcismo directamente.
Puedes comprar el libro en: