“Inés y la alegría” de Almudena Grandes
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Por Javier Velasco Oliaga
Almudena Grandes se trae entre manos un proyecto ambicioso y revelador. Sus Episodios de una Guerra Interminable son una continuación de los Episodios Nacionales de don Benito Pérez Galdós sobre distintos acontecimientos de la posguerra española del siglo XX. Inés y la alegría es el primero de los seis tomos que va a comprender la serie.
Episodios nacionales, han sido muchos los ocurridos en nuestra tierra, pero Galdós supo elevar esos episodios a la categoría de estilo literario, acertó a contar la historia del siglo XIX de manera real y verosímil, pero no fue el único, aunque sí el más reconocido, porque Ramón María del Valle Inclán produjo sus propios episodios. La serie de tres novelas sobre las guerras carlistas o la trilogía de El Ruedo Ibérico, sobre el reinado de Isabel II, no son una continuación, sino unos episodios paralelos desde un punto de vista esperpéntico sobre lo ya contado por Galdós.
Pío Baroja, escribió los veintitrés volúmenes de sus Memorias de un hombre de acción. Son otra serie de episodios, que narran los aconteceres del siglo convulso ya tratado por los escritores citados más arriba. Esta ingente labor le llevó más de veinte años y a ella dedicó sus últimos años de producción literaria. Sus últimos años de vida ya se dedicó a la producción periodística, hastiado con un país que no le representaba pese a seguir viviendo en él. Su libro Miserias de la guerra refleja su estado de ánimo y sus pensamientos más ocultos. Esta obra enlazaría con la nueva serie de Almudena Grandes.
La escritora madrileña comienza con Inés y la alegría una obra ingente que quedará en nuestra memoria como unos nuevos episodios nacionales de la posguerra del pasado siglo. Se podía haber titulado “Miserias de una posguerra”, con el calificativo que ustedes le quieran poner, pero también “Grandezas de una posguerra”, porque relata las posibles vidas de unos héroes anónimos que tuvieron que salir de un país que amaban y que no pudieron nunca olvidar hasta su regreso, con la estrenada democracia que poco a poco se va haciendo adulta.
La crítica del libro está implícita en el mismo libro. En el epílogo, Almudena Grandes en su nota de la autora, disecciona su obra como nadie lo podrá hacer, porque ella la conoce mejor que nadie y sabe de sus motivaciones. El texto “cuenta la historia de la invasión Valle de Arán, una operación militar desconocida para la inmensa mayoría de los españoles, que tuvo lugar efectivamente entre el 19 y el 27 de octubre de 1944” (Pág. 721). Pero cuenta algo más, cuenta el sentir, los pensamientos de unas personas desarrapadas, apátridas, que han perdido su país, que son maltratadas por un país vecino que ofende a uno de sus principios básicos como la fraternidad y recluye en campos de concentración inmundos a luchadores por la democracia.
Estos seres humanos, no son tratados como tales por ese país que cayó en las garras del fascismo casi sin luchar. Y fueron esos desarrapados los que encabezaron una resistencia cruenta contra las tropas hitlerianas. Fueron esas mismas personas las primeras que entraron cuando París era una fiesta, ya liberada. Esas mismas tropas, el ejército de la Unión Nacional Española, fueron los que acometieron una invasión que salió mal desde el primer momento pero que pudo salir bien, fueron los políticos del P.C.E. los causantes de que no se cometiese en las debidas condiciones, los odios entre dirigentes y las envidias frustraron una operación quizá equivocada en el tiempo. Las tropas aliadas no estuvieron a la altura, al igual que sus dirigentes y consintieron un país fascista que olvidó las palabras perdón y reconciliación por muchos años.
En la obra “hay, por tanto, tres narradores. Dos de ellos, Inés y Galán, son personajes de ficción. El tercer narrador es un personaje real, porque soy yo” (Pág. 723) y continúa con la explicación de la estructura de los capítulos. Aquí está todo dicho. La autora conjuga de manera magistral acontecimientos reales y ficticios con personajes ficticios y reales. Desmenuza unos episodios reales donde incluye de manera secundaria a los personajes reales pero son los ficticios los que llevan la carga de la narración enriqueciendo unos acontecimientos reales con unas situaciones, que aunque no fueron reales podían haberlo sido, recreándose en los pensamientos de los protagonistas, diseccionando sus motivaciones, sentimientos y contradicciones.
Estos personajes ficticios enriquecen una historia casi inédita con la grandeza de la cotidianidad. Explica a la perfección cómo se gestó una clandestinidad que se jugó la vida cruzando una y otra vez una frontera bandolera y rahez para conformar una oposición al régimen franquista, donde la clase dirigente estuvo ausente por países de Latinoamérica o del este europeo. Fueron pocos los que estuvieron a la altura y el libro describe los que aún con sus contradicciones supieron mantenerse fieles a unos principios.
La protagonista, Inés, tiene la suficiente personalidad para soportar el peso de la obra ayudada por su marido Galán, ambos narradores de la obra. Inés, pese a todo lo que la ocurre, guerra, cárcel, encierro familiar, huída, etc. es una persona vitalista, trabajadora, con unos principios que se enfrentan a los de su familia. Su hermano falangista termina convirtiéndose en delegado gubernamental en distintas provincias; está lleno de contradicciones y vive exactamente de forma opuesta a lo que predican sus principios, aunque es tratado de forma indulgente en ocasiones y olvidado posteriormente. Es su esposa Adela la que cobra, en su simplicidad, una notoriedad sorprendente al final de la obra.
Esa Inés vitalista huye de su familia para unirse a las tropas invasoras de Arán y pese a múltiples vicisitudes llega a establecerse en Toulouse y abrir un restaurante que será el centro de la vida de esa oposición al franquismo. Esa mujer fuerte, valerosa, que en sus tres primeros partos no puede ser acompañada por su marido, se convierte en un icono de los muchos españoles que sufrieron el exilio y el expolio de su país.
La obra es pues la historia novelada de esos exiliados incomprendidos por su patria y también por los países democráticos, que lucharon sin ayuda de nadie y que, evidentemente, fracasaron durante casi 40 años, pero al final se impuso la lógica por un camino sorprendente e inesperado. Estaremos atentos a las próximas publicaciones de la serie porque, si consigue en los próximos volúmenes lo que consigue en este, estos nuevos episodios quedarán en el imaginario colectivo como una digna continuación de los episodios de Galdós, a los que homenajea en el libro.
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