"Cartas a Milena" reúne la correspondencia que Kafka le dirigió a Milena Jesenska, entre 1920 y 1922. La primera carta comienza como una novela. Leídas todas juntas se convierten en una novela de amor apasionado y desesperado. Al margen de la poca frecuencia de sus encuentros, sus amores son esencialmente epistolares, como los de Werther o los de Kierkegaard. La cartas no sólo nos muestran la transición de una amistad que empieza por intereses literarios mutuos para convertirse en sentimental, sino que revela también de forma excepcional la sensibilidad e intimidad emocional del autor checo. Kafka murió en 1924, Milena veinte años después, en el campo de concentración de Ravensbrück.
“Es indudable que Milena fue la única mujer a la que Kafka amó apasionadamente y la única que tenía la inteligencia y la sensibilidad necesarias para comprenderle y vivir con él”, nos dice Carmen Gauger en el prólogo. Pero, ¿lo amaba ella a él? Para la traductora no hay ninguna duda de que sí. ¿Qué fue entonces lo que dio al traste con la relación? “Es innegable que el proyecto vital de Milena no coincidía en casi nada con el de Kafka. Ella, finalmente, pese a su amor y a su admiración, no estuvo dispuesta –son sus propias palabras- a 'aceptar esa vida, que yo lo sabía, iba a ser a perpetuidad el más riguroso ascetismo'. Es más, llega a atribuirse la culpa del fracaso de la relación y del empeoramiento de la salud de Kafka: 'Si yo hubiera sido capaz de irme con él, él habría podido vivir feliz conmigo'."
Que nadie como Milena supo captar el genio y la sensibilidad de Kafka lo prueban estas palabras que le dedicó en la necrológica que publicó tras su muerte: “Era tímido, medroso, dulce y bueno, pero los libros que escribió son crueles y dolorosos. Veía el mundo lleno de demonios invisibles que destrozan y exterminan al hombre desprotegido. Era demasiado clarividente, demasiado sabio para poder vivir, débil como los seres bellos y nobles que son incapaces de trabar combate con su miedo a la falta de comprensión y bondad…”
Cuando los alemanes entraron en Checoslovaquia en 1939, Milena entregó las cartas de Kafka al escritor y guionista Willy Haas. A partir de 1949, Willy Haas preparó la edición de las cartas, que se publicaron por fin en 1952. Esta edición de 1952, que ha sido la base de las sucesivas ediciones españolas publicadas en Alianza Editorial, suprimía diez cartas y tachaba 62 pasajes que podían resultar hirientes para personas aún vivas o que contenían comentarios muy críticos con el judaísmo. Además las cartas no estaban fechadas.
La edición que presentamos ahora incluye todos estos pasajes y cartas omitidos, y reconstruye fielmente el orden cronológico de la correspondencia. Además, al no existir ninguna carta de Milena a Kafka, se incluyen ocho cartas de Milena a Max Brod y la necrológica que ella escribió a la muerte del escritor.
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