Luisgé Martín vuelve a algunos de sus temas recurrentes, como la búsqueda de la identidad, la huida, la sexualidad más íntima, más oscura y los límites de la literatura, la verdad y la mentira, el amor. Ahí está todo. Pero además, en “La vida equivocada” nos habla del deterioro físico, de la muerte, del fracaso, del paso del tiempo, de las salvaciones imposibles.
“El amor, el espanto, el resentimiento y la compasión son los cuatro principios sobre los que se sustenta toda la historia de la literatura”
Las vidas desperdiciadas. Las vidas no vividas. Las vidas inventadas. Las vidas soñadas. Las vidas equivocadas. Como si pudiéramos elegir. Me gusta el título porque en realidad lo contiene todo. En realidad sí, tal vez, podamos elegir, y desaparecer cuando queramos, aunque muchas veces nos empeñemos en seguir un camino que nos expulsa, que no nos deja vivir, y queremos ser músicos a pesar de todo, o amamos a las niñas, o nos dejamos llevar por matrimonios destinados al fracaso, o seducir por el lujo. O tal vez podamos desaparecer, y viajar hacia la felicidad, o inventarnos una vida, y escribirla.
“Siempre se viaja a un lugar buscando la felicidad, aunque en el fondo se sabe que bastaría con escapar de la tristeza. En algún momento de la vida esos dos estados nos parecen el mismo. Escapar de la tristeza es encontrar la felicidad.”
De todo esto nos habla
Luisgé Martín. Nos habla de nosotros mismos, de lo que sabemos de nosotros mismos, de lo que descubrimos, de lo que sabemos de nuestros mayores, de lo que nos marcaron los amores, de la capacidad para resistir, para reinventarse, del amor y del deseo, que como en las vidas equivocadas, a veces nos rechaza. De la verdad y de la mentira. De lo que inventamos, para sobrevivir. De lo que nos destruye y de lo que nos construye.
Y lo hace desde una novela muy madura. Me resulta difícil utilizar este adjetivo para definir la novela de un autor cuya obra se caracteriza precisamente por eso, por la madurez, por la profundidad, por la sensación que transmite cada una de sus obras de aportar, de perdurar. Literatura de adquisición. Pero es verdad que tal ésta sea una de sus mejores novelas, llena de personajes inolvidables, redondos, asombrosos, desde el narrador hasta Max y su asombrosa belleza, su juventud, el descubrimiento de un mundo siniestro y exclusivo, sus aventuras y su derrota, o su padre, Elías, y la vida paralela, su música, sus viajes, su huida. O la madre de Max, Aurora, marcada por una tragedia familiar y el abandono. Vidas equivocadas.
Pero creo que es mejor no desvelar nada y lanzarse a leerla. Descubrir qué es verdad y qué es mentira. Encontrar a cada uno, encontrarse cada uno, entre los barcos y la soledad del amanecer, entre el llanto del abandono y la felicidad de un lugar en el mundo, entre la pulsión y el deseo, entre la decepción y el triunfo, en el dolor de la muerte, en el recuerdo, en la vida. Tal vez equivocada.
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