José Belenguer combina humor y fantasía en esta novela, recién editada por Menoscuarto, cuyo entrañable protagonista –Fernando– descubre de forma fortuita el día de su décimo segundo cumpleaños que posee la singular y alucinante facultad de multiplicarse.
En apenas unas horas, el muchacho asiste al más angustioso trance de su vida (su padre acaba de fallecer) y a disponer del don de la bilocación, un poder divertido, pero también sumamente peligroso, como se muestra en una serie de peripecias que el escritor narra con gran sentido del ritmo.
No en vano,
José Belenguer (Torrente, Valencia, 1948) se dedicó un tiempo a la escritura de guiones para cómics en México, país donde se afincó durante quince años después de dejar sus estudios de Filosofía para llevar «una vida aventurera, léase novelesca, dedicada a pintorescas actividades», como él mismo escritor define su trayectoria vital, que le llevó a residir en varios países sudamericanos.
VIGILANTE DEL CAMPOSANTO. De regreso a España, retomó su vocación literaria y ganó el Premio Constitución de Teatro con la tragicomedia
El velo de la señorita Maya (1994). Actualmente vive en Puente Genil (Córdoba) –donde ejerce como vigilante del cementerio municipal– y prepara una novela de carácter autobiográfico,
Los encantos de la vida, y un ensayo sobre Schopenhauer, su filósofo favorito.
El jurado del VII Premio Tristana, que valoró la calidad y la originalidad en el tratamiento de la historia de
Doce velas y un don, estuvo presidido por el escritor Juan Pedro Aparicio y actuaron como vocales la periodista cultural Blanca Berasategui, el profesor y crítico Dámaso López García y los escritores José María Merino y Gonzalo Calcedo.
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