El talento de narrador y poeta se conjugan en estas memorias para relatar desde las anécdotas más personales hasta los acontecimientos que marcaron su época: los juegos de infancia en Jerez, los primeros amores, el descubrimiento de la literatura, la Guerra Civil o los años de franquismo. Estas páginas revelan, a ritmo de novela, el entresijo del mundo de las letras y la cultura en nuestro país, y ofrecen un lúcido y honesto retrato de sus protagonistas políticos y culturales .Se trata de un recorrido apasionante y revelador por el mundo de las letras de nuestro país durante buena parte del siglo XX.
Estas novelas tienen un importante fondo en la experiencia personal para el autor. Pero aún hay más, porque estas memorias están relacionadas y tienen zonas de contacto con el resto de su obra narrativa y con episodios que son la realidad radical de la que parten sus libros de poesía y explican la unidad de toda su literatura.
El autor es a su vez un narrador y personaje que se expresa en La novela de la memoria, moviéndose entre la capacidad que tiene a la hora de escribir novela y la intensidad verbal de la que está dotada su poesía para hablar de lo íntimo y lo público, de la literatura, la política y la sociedad, de lo visto y lo oído, de lo vivido y lo leído.
Todos estos factores anteriormente mencionados aparecen fundidos en los capítulos de esta novela autobiográfica, en la que destacará un narrador que reflexionará sobre sí mismo y que será crítico con sus acciones, pero que no pierde de vista las limitaciones de la memoria y recurre a la imaginación para completar episodios, matizar pequeños detalles o retratar a personajes decisivos en la configuración de la literatura española del medio siglo en Madrid y Barcelona, sus dos centros editoriales.
En todo caso, no es rigor histórico ni veracidad escrupulosa lo que hay que pedir a una obra tan ambiciosa como esta, que abarca una parte significativa de la historia. Lo que el lector espera es intensidad en el testimonio y coherencia en la versión subjetiva de su tiempo. Y las dos virtudes, combinadas con verosimilitud, se dan aquí en alto grado, transmitidas con la excepcional calidad de la prosa de Caballero Bonald.
Por todas estas razones, las páginas del volumen se leen o se releen con asombrosa fluidez como una lección constante de inteligencia crítica, capacidad narrativa y altura estilística.
Críticas literarias
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