Entrevista a Toni Aparicio, autor de “Buenaventura”

“El ritmo en Madrid es diferente al de Albacete, allí nos tomamos todo de forma más tranquila y sosegada. Andamos por la calle y como nos conocemos vamos hablando con las personas que nos encontramos”, dice sobre su ciudad con la que se siente muy identificado este albaceteño de pro que ha aparcado su trabajo de diseñador gráfico por el de novelista.

Pero no sólo es diseñador gráfico, también ha escrito guiones para televisión e, incluso, para una película que consiguió estrenar el Hollywood, “un estreno modesto, pero se pusieron en contacto con nosotros para llevarlo a cabo”, apunta tímidamente Toni Aparicio. “Mi primera novela surgió de un guión cinematográfico. Le envié el proyecto a una agencia literaria y en seguida me ficharon para escribir la novela”, cuenta sobre su experiencia literaria. Con la segunda novela, “Buenaventura”, pasó algo parecido, mandó una sinopsis a su agente y le dijo que escribiese la novela. Aproximadamente, un año tardó en dar forma a ésta su segunda novela que huele a película a la legua.

Una de las características de Toni Aparicio es que su literatura es muy visual, muy cinematográfica. Leyendo sus páginas vemos con claridad los paisajes que describe, de una Asturias profunda y llena de magia donde parece que nunca termina de llover y los bosques inundan todo con una luz lúgubre. En la mansión Campoamor, donde va a trabajar la joven protagonista Esperanza, ocurre lo mismo. Una casa tétrica habitada por unos personajes igualmente tétricos, menos la dueña Doña Rosario, personajes que parecen sacados de otra época.

“Cuando empiezas la novela parece que estás leyendo una historia y cuando terminas parece que has leído otra”, apunta el autor sobre su narración. Una novela gótica que está imbricada con novelas como “El perro de los Baskerville” o cualquiera de Walter Scott. Aunque puede que nos recuerde a “Rebeca” o cualquier novela de Alejandro Dumas, escritor al que admira y con el que se siente identificado. También a series británicas como Arriba y abajo o Downton Abbey, donde se trasluce la diferencia de las diferentes clases sociales, la aristocracia y la servidumbre.

“Por eso escogí la Asturias de 1933, para reflejar esas diferencias pero alejada de cualquier acontecimiento histórico importante para que no se identificase con una novela histórica”, acota con precisión Toni Aparicio. Su libro tiene un cierto aire romántico en el que la protagonista, una joven de dieciséis años, va madurando de forma muy rápida. Asturias es un sitio muy propicio para una novela de este tipo en la que el lector “tenga una experiencia emocional intensa”, subraya repetidamente.

“Buenaventura” es una novela de misterio en la que se ha centrado más en los sentimientos y las emociones. Un thriller intimista, como señala su nota de prensa, donde a los protagonistas los vemos desenvolverse en una atmósfera opresiva. El autor ha sabido sintetizar las situaciones de forma sorprendente, con una cierta tendencia a lo visual.

La novela ha sido estructurada como si fuese un guión cinematográfico, donde nos va dando una información parcial de la trama. “Utilizo el suspense, digo que tres personajes están involucrados en la desaparición de Buenaventura, pero no digo ni cómo ni en qué forma, consiguiendo así que el lector se ponga en contra de esos personajes”, desmenuza el autor, jugando con el entrevistador como lo hace con el lector. Pero al final se descubre todo, se sabe todo y “es sorprendente”.

La novela se lee muy rápido, “la he escrito para ser un bestseller”, dejando a un lado las descripciones demasiado barrocas. “En el periodo de reescritura, me puse las pilas para eliminar todo lo que pudiera entorpecer a la lectura, supongo que los demás escritores harán lo mismo”, revela. Quizá por eso, utiliza muchos diálogos, “si introduces muchas descripciones la lectura se ralentiza y con los diálogos lo que pretendo conseguir es que los personajes hablen directamente al lector”, expone.

El personaje central, Esperanza, es una persona solitaria, huérfana y retraída. “La tenía que poner joven para dar una mayor sensación de fragilidad y que poco a poco fuese creciendo, según avanza la trama”, aclara de forma parsimoniosa. La ubicación juega también a su favor, el ambiente hostil de esa mansión aislada recuerda mucho a la novela gótica inglesa, como hemos apuntado anteriormente y parece, en ocasiones, que lo que está ocurriendo no es del todo real. Aquí entre el juego hay una voz misteriosa que dialoga con ella y que no es otra que la de su padre. Un cierto tono de realismo mágico se desprende de estos pasajes que al final convergerá con la trama principal, cerrando el círculo que el escritor dibujó con destreza.

A Toni Aparicio no le gustan las novelas escritas en primera persona, de ahí que haya preferido escribirla en tercera. Cree que son más reales. Opina que su novela, pese a comenzar de manera muy oscura y agobiante, termina con mucha luz. “Es una novela muy positiva que termina bien”, concluye. El aire de misterio que la envuelve termina disolviéndose como la niebla matutina de los montes asturianos para dejarnos con un buen sabor de boca, algo que se agradece.