Reflexiones de actualidad (II): ¿Estado Autonómico? ¿Estado federal?

Como puede apreciarse por el título, el federalismo fue el gran protagonista del acto, si bien Benigno Pendás enfatizó la no conveniencia de “enredarse en nominalismos”. Como gran ventaja de la obra presentada subrayó que “aclara qué hay detrás de ese concepto de Estado federal del que ahora tanto se habla”.

El profesor López Guerra reivindicó la satisfacción legítima que le producía “lo conseguido en la Transición”. Al igual que Eliseo Aja, expuso que “el Estado autonómico se puede mejorar”, de ahí la importancia de esta obra, dirigida “a un público ilustrado ya que no todo el mundo puede proponer soluciones como el Profesor Aja, el cual está capacitado para ello”.

Así, una de las virtudes del libro es que refleja cuáles son los síntomas negativos que ofrece el Estado Autonómico y las formas de solventarlos. Dentro de los primeros, elaboró un listado ingente, en el que se incluían, entre otros: la abundancia de conflictividad (que repercute negativamente en el trabajo del Tribunal Constitucional), el crecimiento notable del nacionalismo separador, la disfuncionalidad del Senado o el sistema de financiación autonómica, sujeto a permanente revisión.

¿El Estado federal como solución? En este punto, López Guerra mostraba sus dudas, indicando que lo primero que debe hacerse es dotar de contenido al federalismo, el cual tiene como base uno de los elementos que la historia constitucional española ha olvidado: el pacto. “¿Quiénes serían los sujetos que pactarían? ¿Las 17 comunidades autónomas? Si es así, serían muchas para pactar”, sentenció, algo compatible con la exigencia de no demorar la reforma constitucional.

Santiago Muñoz Machado, reivindicó la figura de Eliseo Aja “como un campeón del Estado Autonómico”. Cuando profundizó en la crisis del Estado de las Autonomías, restó importancia a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña: “no ha sido el Constitucional ni su sentencia los que han desmoronado el Título VIII de la Constitución, pues ya venía renqueando desde tiempo atrás”, aunque sí reconoció que tal argumento lo emplea el nacionalismo catalán como base para “sus reivindicaciones lacrimógenas”. En cuanto a la solución federal, no cree que satisfaga las actuales expectativas del gobierno de Cataluña “porque por más que intente singularizar o diferenciar el hecho catalán, que Cataluña sea un territorio más dentro de una amalgama de territorios que todos son federales, quizás no sea para ellos una solución fácil”.

Finalmente, Eliseo Aja sostuvo que la descentralización política de los primeros años “se hizo bien, pero las reformas que se preveía que se podrían hacer, no se efectuaron”. El resultado fue la irrupción de problemas nuevos, como la generalización de la autonomía o la igualación competencial de 1992. Con respecto a la actualidad, sostuvo que sí que se podía distinguir, es decir, que haya sectores y competencias que sean sólo de algunas comunidades autónomas (por ejemplo, prisiones) o que otras tengan una mayor presencia en la Unión Europea.

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