Cuando la cultura mueva las masas y el dinero que mueven algunos deportes, cuando se haga guardia día y noche para conseguir las entradas de un museo, de un teatro, de una ópera o para escuchar lo que tiene que decir un genio, cuando admiremos y respetemos a las personas por su valía, sabiduría y buenos actos y no por su dinero, fama o poder, cuando la vida privada de las personas deje de ser lo más importante, en definitiva, cuando lo banal y lo frívolo pierda su importancia, entonces podremos decir que el mundo ha cambiado.
Mientras tanto, solo nos queda luchar a aquellos que nos gustaría que cambiara. Niños y niñas, salid de vuestras madrigueras y no tengáis miedo a decir que os gusta leer, aprender, emprender, que soñáis con escribir, con pintar, con conocer mundo, que conocéis las banderas, los países, que os interesa la política, la economía, que os preocupa la crisis, la pobreza y la corrupción. Levantémonos y salgamos a poner de moda la cultura del saber y del aprender, no tengáis miedo a mostrar vuestro descontento con lo que no funciona o con quien os corta las alas. Nuestro futuro depende de cómo aprovechemos el presente y en nuestras manos está decirlo para poder cambiarlo, dejemos de ser ovejas para convertirnos en tigres. Esta es mi corta e intensa historia…
Álvaro Cabo Ciudad (Talavera de la Reina,Toledo) nació el 31 de mayo de 2003. A los diez años creó su blog, «Mi país a través de mis ojos», convirtiéndose en uno de los bloggers de actualidad más jóvenes del mundo. Colabora con varios medios de comunicación como: El programa «El Pasacalles» con su espacio «Álvaro y sus cosas» y «Castilla La Mancha en el corazón» de RTCLM, Cadena Cope, Radio 4G, Teleprensa.com y La Voz del Tajo con su columna «La mirada del futuro». A su corta edad, gracias a una madurez inusual y un gran desparpajo ante cámaras y micrófonos, se ha convertido en el tertuliano más joven de España.
Es también el creador del concepto «Generación insert coin», para denominar a un grupo de personas de nuestra sociedad que necesitan monedas para funcionar, eso sí, viviendo del trabajo y dinero de los demás. A sus once años se embarca en la aventura de escribir este libro, para poner de manifiesto las carencias de nuestro sistema educativo, narrado desde su propia experiencia. Con maestría y valor, urge a los responsables políticos en materia educativa para que nuestra juventud tenga una educación de calidad, reconociendo y primando el esfuerzo y el talento.
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