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Blanca Rosa Roca, Amelia Noguera y Javier Velasco
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Blanca Rosa Roca, Amelia Noguera y Javier Velasco

Coloquio sobre la novela "La marca de la luna" de Amelia Noguera

miércoles 05 de noviembre de 2014, 09:09h
La autora Amelia Noguera, la editora Blanca Rosa Roca de Roca Editorial y el director de la web literaria Todoliteratura Javier Velasco Oliaga debatieron con los lectores entorno a la novela "La marca de la luna", centrándose especialmente en los capítulos ambientados en La India, pues en ellos reside el mayor logro de este libro, la recreación perfecta de ese país desde una perspectiva muy social, con una gran presencia de la magia.
  • Javier Velasco

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  • Blanca Rosa Roca, Amelia Noguera y Javier Velasco

    Blanca Rosa Roca, Amelia Noguera y Javier Velasco

Amelia Noguera (Fotos: Julia María Labrador Ben)
Amelia Noguera (Fotos: Julia María Labrador Ben)

Asistir a un coloquio de una autora con sus lectores aporta un aliciente extra: se pueden desentrañar mejor los entresijos creativos y, sobre todo, argumentales de una novela, porque el hándicap de no poder hablar del final de la obra desaparece, debido a que casi todo el público asistente la ha leído ya y lo que quiere es entablar un diálogo sobre por qué ese libro es así, y no sobre qué se cuenta en él.

La marca de la luna es el tercer libro de Amelia Noguera. Esta novela viajera se ambienta en tres escenarios, el primero de los cuales es La India, y, lo que es más importante y sorprendente, como acabamos de señalar refleja a la perfección la realidad de ese país sin que la autora haya viajado hasta él.

No es un caso único, ya Álvaro Cunqueiro nos describió a la perfección Bretaña sin conocerla en vivo, y lo logró, en parte, de manera similar: documentándose en fuentes escritas, que en el caso de Amelia Noguera han sido documentos, tesis, etc., consultados durante un año, y también novelas de autoras indias de principios del siglo XX que escribían en Occidente. Quizá sea esta última fuente la que haya logrado la mayor verosimilitud y fidelidad a La India de entonces, y además le ha aportado unas dosis extra para que el punto de vista femenino sea más creíble y fiel a aquella realidad.

Amelia confesó haberle dedicado un año a ese proceso de documentación, tiempo que se extendió más de lo previsto en origen porque localizó un personaje histórico tan fascinante, Luis Jiménez de Asúa, que absorbió su interés y no lo abandonó hasta que desentrañó su verdadera historia en Checoslovaquia, otro de los escenarios en que transcurrirá una parte de la novela. Asúa, jurista de derecho penal, fue embajador afín a la II República, para la que compró armas, estuvo en el servicio de espionaje, y fue presidente de la misma durante el exilio.

Además de en La India (capítulos costumbristas) y Checoslovaquia (en concreto Praga, capítulos históricos), la novela transcurrirá en un tercer escenario (capítulos con misterio y aceleración del ritmo): España, donde se ubica entre Sevilla y Madrid. Se mencionó que tales cambios podrían haberse utilizado para dividirla en tres novelas en una, es decir, haberla convertido en una trilogía. Ambientada en la primera parte del siglo XX, está protagonizada por una bruja hindú llamada Lila, aunque los lectores no descubrirán esta información sobre la misma hasta más adelante.

"La marca de la luna" es una novela de personajes, sobre todo femeninos: además de la protagonista Lila, su abuela Asha, Noa, amigas, etc., que comparten convivir con la magia. Costumbrista en su primera parte, Javier Velasco Oliaga señaló que nos encontramos ante una novela muy literaria, en la que destacan sobremanera sus magníficas descripciones y también, como corroboró con gran acierto alguna de las lectoras presentes, los pasajes líricos.

Se debatió la técnica narrativa del libro: escrita en primera persona, con una narradora niña de entre ocho y nueve años, Lila, va a asomar en alguna ocasión un narrador omnisciente. La duda que se planteó fue si esa omnisciencia era imprescindible para completar hechos que Lila no puede saber, bien porque no ha podido estar presente, bien porque no ha podido interpretar algunas escenas en todos sus aspectos, dada su corta edad en el momento de presenciarlas, que no en el de contarlas, pues el relato lo realiza ya desde la edad adulta. Y Amelia Noguera aclaró que, puesto que Lila es bruja, ese narrador omnisciente que asoma no es tal, sino que también es la niña.

Por último, la autora habló de sus proyectos futuros: la esperada continuación de La pintora de estrellas, una nueva novela coral de protagonista masculino repleta de una originalidad que no se puede desvelar todavía y el paso de algunas de sus cinco novelas editadas en digital a papel.



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