Guadalupe Nettel gana el XXXII Premio Herralde de Novela
lunes 03 de noviembre de 2014, 14:55h
La escritora mexicana Guadalupe Nettel ha obtenido el XXXII Premio Herralde de Novela con la obra "Después del invierno" que fue presentada bajo el seudónimo de B. Parker y el título Spleen. Ha quedado finalista la novela "El imperio de Yegorov" del escritor cordobés Manuel Moyano. Próximamente serán publicadas por la editorial Anagrama.
El jurado compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde seleccionó las siguientes 11 novelas de las 1.462 presentadas, la más alta participación de la historia del galardón, al Premio Herralde de Novela, convocado por Editorial Anagrama y dotado con 18.000 euros:
Cartagena, Claudia Amengual, Uruguay
El Bumerang vuelve al cazador, Diego Angelino, Argentina
Bonarda López, Carlos Ardohain, Argentina
Trenzados, Leonardo Cuéllar (seudónimo), Colombia
Tres en una taza, Froilán Escobar González, Costa Rica
La tumba del erizo, Carlos Esquivel, Cuba
Una larga preparación para nada, Feuerbach (seudónimo), Argentina
Interdream, Kowski (seudónimo), España
El imperio de Yegorov, Manuel Moyano, España
Spleen, B. Parker (seudónimo), México
El Ausente, Antonio Rivero Taravillo, España
Pasaron a la deliberación final las dos siguientes:
El imperio de Yegorov, Manuel Moyano, España
Spleen, B. Parker (sedónimo), México
Resultó ganadora Después del invierno de Guadalupe Nettel (presentada bajo el seudónimo de B. Parker y el título Spleen) y finalista El imperio de Yegorov de Manuel Moyano.
Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) es autora de las novelas El huésped (finalista del Premio Herralde 2005) y sus posteriores y muy celebradas obras Pétalos y otras historias incómodas y la novela El cuerpo en que nací, publicadas en Anagrama. También ha escrito El matrimonio de los peces rojos (Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero). Ha sido traducida a más de diez lenguas. Sus libros han obtenido, además, diversos galardones, como el Premio Nacional de Narrativa Gilberto Owen, el Antonin Artaud y el Ana Seghers. Entre las reseñas dedicadas a su obra cabe destacar: «Guadalupe Nettel revela la belleza subliminal que hay en los seres de comportamientos extraños y sondea minuciosamente la intimidad de su alma» (Le Magazine Littéraire); «Los lectores avezados disfrutarán de esa nueva voz literaria, tan sofisticada como original, en el panorama de las letras latinoamericanas» (Arcadia, Colombia); «Una de las más singulares escritoras mexicanas» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «La mirada que posa sobre las locuras suaves o destructoras, las manías, las desviaciones es de una agudeza tal que nos remite a nuestras propias obsesiones» (Xavier Houssin, Le Monde).
Manuel Moyano (Córdoba, 1963) vivió su infancia y adolescencia en Barcelona y desde 1991 reside en Molina de Segura (Murcia). Con El amigo de Kafka (2001) obtuvo el Premio Tigre Juan a la mejor primera obra narrativa publicada en España y fue elegido por El Mundo como uno de los diez mejores debutantes del año. La coartada del diablo le valió el Premio Tristana de Novela Fantástica 2006. Ha publicado las colecciones de relatos El oro celeste (2003) y El experimento Wolberg (2008, Premio Libro del Año Región de Murcia), así como el libro de microrrelatos Teatro de ceniza (2011), figurando piezas de todos ellos en las principales antologías recientes de nuestro país. Autor también del volumen misceláneo La memoria de la especie (2005), otros de sus títulos participan de la narrativa y el ensayo antropológico: Galería de apátridas (2004), El lobo de Periago (2005) y Dietario mágico (2002), que es el resultado de un trabajo de campo sobre la curandería. Travesía americana (2013) narra un viaje en familia de una costa a otra de los Estados Unidos. Licenciado como ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba, en la actualidad trabaja en la gestión cultural. Es miembro de la Orden del Meteorito de Molina de Segura y sátrapa trascendente por el Institutum Pataphysicum Granatensis. No está inoculado.