La Revuelta de las Quintas de 1870 fue una de las tantas guerras que ha soportado un pueblo para rebelarse por leyes que únicamente protegen los intereses de unos pocos mientras truncan la vida de muchos.
El alzamiento tuvo lugar en varias ciudades de España como Málaga, Béjar o Salamanca, pero en Cataluña fue más largo y sangriento. La villa de Gracia, cruelmente asediada por los cañones y las tropas que disparaban desde la calle Provenza y el Paseo de Gracia de Barcelona, fue el principal bastión de la resistencia popular.
Cuenta la leyenda que una mujer sin apellidos ni pasado fue la voz del pueblo y que, en el momento más cruel del conflicto, siguió tocando las campanas de la torre del reloj, frente al ayuntamiento de Gracia, para mantener viva la lucha.
¿Quién era esa mujer? ¿Qué la empujó a tomar partido en aquella guerra? Durante los siete días que duró el alzamiento, descubriremos la vida de Mariana y todos sus secretos.
Siete días de gracia nos traslada a la Barcelona del siglo XIX en una época muy convulsa para España, sobre todo en relación con su alta política. Mientras se viven unos momentos en los que España es definida como una monarquía (sin tener un rey) y la guerra de los Diez Años en Cuba manda a los jóvenes a una guerra que sólo interesa a los poderosos y a los ricos, pequeñas ciudades y pueblos se rebelan contra esta medida, que en el caso de Barcelona había sido prohibida teóricamente durante la revolución La Gloriosa.
Y así Carla Gràcia Mercadé nos mete de lleno en las barricadas de aquellos que se levantaron en armas contra un nuevo sorteo. Vemos cómo el valor va poco a poco abriéndose paso para mantenerse firme pese a las adversidades (que llegan en forma de ataques de artillería y ejércitos profesionales muy superiores en número, armamento y municiones) y pese a que pueda llegar a flaquear en ningún momento.
Uno de los mejores puntos de la novela es cómo nos sumerge de lleno en la zona de combate, en la que experimentaremos, durante los siete días que dura la trama, acción sin descanso, sin paz y sin compasión con los cañonazos cayendo, los incendios, la incertidumbre de las trincheras y las campanas tocando a somatén.
Pero la novela no sólo nos narra esta guerra, sino también la historia de Mariana, quien se ve participando en esta batalla pero quien también había tenido previamente una vida convulsa, llena de amor y pasión, pero también de decepción, dolor y sufrimiento. Esta historia se combina con la primera en una estructura de flashbacks que se nos presentan desordenados en el tiempo pero que popo a poco van resolviendo el rompecabezas que Carla Gràcia plantea.
En definitiva, Siete días de gracia es una buena novela histórica sobre uno de tantos otros hechos bastante desconocidos de nuestra historia que nos muestra cómo la historia de una familia puede ser tan convulsa como la de un pueblo.
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