El 29 de noviembre de 1719, el obispo de Cartagena Luis Belluga y Moncada es nombrado cardenal de la Santa Iglesia de Roma por el papa Clemente XI. Pero el que fue obispo guerrero, al que embargan muchos escrúpulos personales para cubrirse con el capelo cardenalicio, rechaza tan alto honor. La respuesta papal será la imposición del voto de obediencia y del birrete a Belluga. Ante lo inevitable, el nuevo y disgustado cardenal escribirá unas crónicas pontificias donde su pluma mordaz e incluso humorística corre con sorprendente libertad y ligereza sobre el papel para trazar los retratos de 27 papas, desde los orígenes de la institución hasta el siglo XVIII.
A mitad de camino entre el ensayo autobiográfico y la recreación literaria, cada una de las crónicas del cardenal Belluga, encontradas por Javier Ruiz Martín en la Biblioteca Vaticana (y traducidas por él con la ayuda del latinista José Luis Calvo), muestra la grandeza y las miserias de aquellos pontífices que no por administrar el poder heredado de san Pedro dejaron en ningún momento de ser lo que eran: seres de carne y hueso. Belluga dota de vida a estos prelados con una indiscutible fuerza narrativa y un original planteamiento de la Historia en la que él también se convierte en protagonista de la misma.
"En este libro se habla de todos los papas habidos hasta hace algunos lustros; han sido tantos, dejaré que el azar me ilumine. Subido en el reloj de la Historia me dejaré llevar por el tiempo… y que Dios me perdone", escribe el cardenal Belluga en el libro..
Luis Belluga y Moncada (Motril, Granada 1662 – Roma, 1743) es una referencia necesaria —con demasiada frecuencia injustamente olvidada en los libros de Historia— en el paso del Barroco a la Ilustración en España. Clérigo de personalidad compleja y brillante, se forma como teólogo, canonista y abogado en Motril, Granada, Sevilla, Zamora y Córdoba. En 1705 es nombrado obispo de la diócesis de Cartagena, donde ejerce de presidente de la Junta de Murcia y es virrey y capitán general de Valencia —al lado de la causa borbónica— durante la Guerra de Sucesión Española, y también se entrega a una frenética actividad reformadora, filantrópica y colonizadora en la zona del Bajo Segura. Tras ser creado cardenal en 1719, pasa dos años en Roma (1721-1723), luego regresa a España por menos de un año, y en 1724 viaja de nuevo a Roma para quedarse definitivamente. Como asesor de varios papas y «Protector de España», así como por su talante crítico e independiente y su espíritu austero, laborioso y compasivo, y por otras muchas razones que jalonan toda una vida densa y apasionante, este hombre que se forjó a sí mismo y casi llegó hasta lo más alto en la cúspide de la Iglesia —a punto estuvo de ser papa— merece ocupar un lugar destacado en la lista de personajes ilustres de la Historia de España.
Para Javier Ruiz Martín (Madrid, 1964), la creación literaria es el accidentado y complejo medio artístico que le permite imaginar lo oculto que late en el fondo de toda existencia humana. Esta idea central es la que estimula todo lo que este autor escribe, desde poesía, relato, novela o hasta la traducción del libro de crónicas que ahora presenta Editorial Funambulista. Este escritor de vocación temprana pero de publicación tardía es Licenciado en Geografía e Historia por la U.C.M. Ha trabajado en el INSERSO, en la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la C.A.M., en Tele Madrid y en el Instituto Cervantes. Tras la pérdida definitiva de la estabilidad laboral por culpa de la crisis económica, sobrevive desde el año 2008 trabajando a salto de mata cuando el mercado homicida se lo permite. En la actualidad prepara una novela histórica, también para Funambulista.
Puede comprar el libro en: