En la novela nos traslada a los momentos previos a la boda del rey Pedro “el Cruel” con Blanca de Borbón en Valladolid, a los tres días la abandonó por su amante María de Padilla, posteriormente, a la Reina Blanca la trató de confinar, tras un largo periplo por ciudades castellanas, en el Alcázar de Toledo, este intento le saldría mal, y los gentilhombres de la ciudad con la ayuda de la mayoría de los habitantes, y lo que quería ser un confinamiento pase a ser una estancia real con la ayuda de los obispos de Segovia y Sigüenza después de acogerse a sagrado en la catedral toledana.
Con la ayuda de Juan Alfonso de Alburquerque, quizás el hombre más poderoso del reino, Enrique de Trastámara y sus hermanos, además de otros ricohombres del reino, forma un numeroso ejército que se apresta a luchar contra el Rey, éste, astutamente logra llevar a cabo un encuentro que en vez de buscar la paz, buscaba ganar tiempo.
León Arsenal, piloto de la Marina Mercante Española reconvertido a escritor, comenzó su carrera novelística con unas cuantas obras de temática fantástica, como dice uno de los protagonistas de la novela, Hug Benavent “el alejandrino”: Salí en busca de sabiduría, no de riquezas. Este es el principio que parece seguir el autor en su reciente novela que nos acerca a uno de los períodos más convulsos de la Baja Edad Media. Un periodo de traiciones, luchas entre nobleza y monarquía, odios fratricidas, amantes intrigantes, esposas legítimas encerradas y despreciadas, nobles paladines, espías, supersticiones, órdenes militares y asedios a fortalezas y castillos. Una época que no necesita de invenciones innecesarias y absurdas para constituirse en un escenario fascinante en si mismo, en un crisol de personajes subyugantes, en un paseo por paisajes castellanos.
Estos “malos años” vieron nacer a uno de los reyes españoles más polémicos entre los historiadores: Pedro I, para unos “El Cruel” y para otros “El Justiciero”, siempre ha estado rodeado de un aura de misterio y romanticismo, quizás en parte debido a su caprichosa personalidad, a sus inflamados amores y a su temperamento colérico y apasionado o quizás debido a las trágicas circunstancias que rodearon su muerte.
El relato, sin embargo, no toma al rey castellano como eje de la historia. Tampoco a Enrique de Trastámara, a la reina Blanca de Borbón, o ni tan siquiera a la amante real, María de Padilla. Esta novela es un gran desfile donde caben todos los habitantes del reino: desde villanos hasta nobles de altos ideales, desde Grandes Maestres a humildes sacerdotes, desde reyes guerreros a sencillos soldados. Pero tampoco ellos son los ejes de la historia. Los auténticos protagonistas son los acontecimientos, revelados a través de los ojos de quienes los vivieron en primera persona y mostrados desde la óptica de aquellos que luchaban por conservar la propia vida en una época en la que la muerte se convertía en una frecuente compañera de viaje.
León Arsenal construye personajes muy reales, los describe lentamente, tanto en su faceta física, se recrea en las precisiones de la indumentaria, bien sea guerrera o bien sea cortesana; como en su faceta psicológica, su modo de pensar o su modo de proceder en las distintas situaciones. El trabajo de investigación histórica ha sido profuso y refleja fielmente la realidad histórica dando claves psicológicas a las que, tal vez, un historiador no llegue. Es, desde luego, una novela que merece ser leída con atención, porque para entender la historia de España hay que entender el largo proceso de su formación.
Puede comprar el novela en: