La obra despliega grandes dosis de ingenio, sátira y humor con los que Ray Loriga da forma a una comedia irreverente –con un punto dramático–, que cuestiona las expectativas y anhelos de la sociedad actual. Una divertida novela con la que el autor seguro que ha disfrutado en su fase de creación lo que, según sus palabras, no deja de ser su mayor pretensión, “disfrutar y seguir emocionándome con cada cosa que hago para que lo disfruten y se emocionen otros”.
Una vez más, con Za Za, emperador de Ibiza lo vuelve a conseguir el escritor madrileño, considerado durante mucho tiempo, quizás demasiado, icono de toda una generación, que ahora se acerca, arrollador, al público que le encumbró en los noventa –ya en plena madurez, como él– pero también a los lectores más jóvenes, los mismos que derrochan energía y vitalidad en las noches de verano en Ibiza. Una isla que Loriga retrata a la perfección, dando muestras de conocerla palmo a palmo, y a la que, por cierto, rinde un claro homenaje en su novela, elevándola a la categoría de personaje principal.
Za Za es el nombre de una poderosa droga que proporciona risa, euforia, felicidad y no provoca ningún tipo de resaca. Una droga legal, para más señas, que está causando furor entre los miles de turistas enloquecidos que llegan a Ibiza atraídos por su famosa vida nocturna.
Pero Za Za es también un antiguo dealer, un narcotraficante de poca monta y escasa ambición que vive retirado en la isla Pitiusa y dedica sus días, ya vacíos de cualquier emoción, a leer la prensa deportiva, a hacer pequeñas apuestas en la Red, nadar y pasear tranquilamente mientras observa, con esa nostalgia de los que se sienten demasiado viejos, a las jóvenes y bonitas turistas que pueblan la isla en verano.
La vida del entrañable Za Za –a pesar de su pasado, el lector pronto le coge cariño a este personaje que parece rescatado de alguna película de los hermanos Coen, (recuerda inevitablamente a ‘El Nota’, el protagonista de El Gran Lebowski) o de alguna novela de Jim Thompson o Kurt Vonnegut– cambiará de forma radical cuando un enorme malentendido le confunde con el creador de esta droga perfecta, que tiene su nombre y acaba de llegar de Suráfrica en un gigantesco y lujoso barco. Una absurda equivocación que le convierte en el centro de las disputas de las principales mafias que se enfrentan por gobernar su distribución, lo que provocará una espiral de acontecimientos delirantes, desquiciados, surrealistas y tremendamente divertidos.
«A veces cuesta precisar en qué momento exacto empezaron a torcerse las cosas; nadie se resigna de buena gana a que su vida sea grotesca y menos aún a que su aspecto lo corrobore con tanta exactitud. Su vida ya no estaba unida, no existía relación alguna entre su infancia y este sujeto de ahora. Trató de encontrar una explicación y no dio con ella. Siempre fuiste muy tuyo, se dijo, como si eso sirviera de algo.»
Esta es la historia de Za Za, emperador de Ibiza. Y es la historia de un gigantesco embrollo. Porque ZAZA es el nombre del mayor yate de recreo jamás visto antes, y, por si eso fuera poco, también es el nombre de la droga perfecta, la más potente, inocua, alucinante y limpia droga jamás creada o encontrada, esa que provoca felicidad sin límite sin exigir peaje a cambio, ni al alma ni al cuerpo. Zacarías Zaragoza Zamora, alias Za Za, disfruta en Ibiza de un retiro tranquilo y sin sobresaltos, convencido de que sus tiempos de dealer habían acabado hace años. Pero el pasado ha regresado con sonido preciso a su vida para convertirle en emperador de la isla. ¿Despropósito? Hay quien lo llama destino.
Ray Loriga (Madrid, 1967), novelista, guionista y director de cine, es autor de las novelas Lo peor de todo (1992), Héroes (1993), Caídos del cielo (1995),Tokio ya no nos quiere (1999), Trífero (2000; Alfaguara 2014), El hombre que inventó Manhattan (2004), Ya sólo habla de amor (2008), Sombrero yMississippi (2010) y El bebedor de lágrimas (2011), y de los libros de relatosDías extraños (1994), Días aún más extraños (2007) y Los oficiales y El destino de Cordelia (2009). Su obra literaria, traducida a catorce idiomas, es una de las mejor valoradas por la crítica nacional e internacional. Como guionista de cine ha colaborado, entre otros, con Pedro Almodóvar y Carlos Saura. Ha dirigido las películas La pistola de mi hermano, adaptación de su novela Caídos del cielo, y Teresa, el cuerpo de Cristo. Ha colaborado en publicaciones como Ajoblanco, El Europeo y El País.
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