El ensayo, publicado originalmente bajo el título ‘Dedication and Leadership. Learning from the Communists’ por la Universidad de Notre Dame en 1966, analiza la capacidad de sacrificio, el ejemplo personal y la dedicación absoluta de los comunistas a su causa, desde el punto de vista de quien, como Hyde, militó en el Partido Comunista británico en los años 50 del siglo XX hasta su conversión.
En la presentación del libro han participado, junto al presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, y el director de Campañas de la asociación, Miguel Vidal, Francisco José Contreras, catedrático de Filosofía del Derecho, premio HazteOir 2014 y patrono de la Fundación Valores y Sociedad, presidida por Jaime Mayor Oreja; el presidente de la Fundación Kolbe de publicitarios católicos, Francisco Segarra; el expresidente de Profesionales por la Ética, Jaime Urcelay; y el presidente de Sacerdotes por la Vida en España, Custodio Ballester.
Contreras inició la ronda de intervenciones con una disertación crítica de la visión de Hyde, negando que los católicos puedan aprovecharse en alguna medida “ni siquiera en lo técnico” de los comunistas y apeló en ese sentido, a la máxima que afirma que el fin no justifica los medios.
El catedrático también alertó, siguiendo al entonces cardenal Ratzinger, hoy Papa emérito Benedicto XVI, frente a la tentación de la impaciencia por el triunfo de las propias ideas y planteamientos, aunque estos sean excelsos. Sin embargo, sí rescata del testimonio de Douglas Hyde la constatación de que “un movimiento es atractivo cuando ofrece un ideal exigente”.
Por su parte, el padre Custodio Ballester denunció que, incluso en ambientes eclesiales, se desprecia el idealismo de los ciudadanos como motor del cambio social que ensalza Hyde en los militantes comunistas y aseguró que, por encima de los consensos políticos “sólo el salto a la verdad permite avanzar”.
Para el padre Ballester, ‘Compromiso y liderazgo’ es un ensayo que “denuncia complejos y anuncia caminos” de trabajo en los que es imprescindible la labor del líder, caracterizado por su capacidad de compromiso, su unidad de vida y su confianza en la causa que defiende. De tal manera que, a juicio de presidente de Sacerdotes por la Vida en España, “el líder cristiano debe asumir su papel de tal forma que se ejerza sobre la opinión pública la máxima presión posible”. Por último, Ballester subrayó que este libro debe servir para que el lector se pregunte qué puede hacer para defender y poner en práctica los llamados “principios innegociables”.
El ex presidente de Profesionales por la Ética, Jaime Urcelay, subrayó que ‘Compromiso y liderazgo’ supone una “sacudida a la coherencia personal”, una “interpelación directísima” al cristiano sobre su compromiso vital al tiempo que subraya la idea de que “los resultados se consiguen por las personas”.
En este sentido, Urcelay apuntó que los líderes a los que se refiere Hyde se pueden formar, siempre y cuando se cumpla una triple condición. En primer lugar, que la formación sea integral de tal forma que se haga verdad la propuesta de Hyde: “lo que tenemos que lograr son personas completas”.
En segundo lugar, Urcelay sugiere que esta formación debe estar orientada a la acción, dirigida al compromiso personal al tiempo que – completa el argumento- esta formación ha de tratar de buscar que la persona asuma el protagonismo de su propio desarrollo.
El publicista Francisco Segarra quiso subrayar que, pese a la tesis compartida con Hyde sobre el aprovechamiento de actitudes comunistas para la vivencia cristiana, “el arma más persuasiva del comunismo fue el Kalashnikov”. Prueba de ello son los 100 millones de muertos que pesan en el mundo comunista y el hecho, explicó Segarra, de que todos los movimientos terroristas del siglo XX tenga un origen marxista.
En cuanto al uso de técnicas publicitarias del comunismo por parte de cristianos comprometidos, Segarra se mostró absolutamente convencido de su utilidad. Es más, reconoció sin ambages que las pone en práctica con asiduidad en su desarrollo profesional. Sin embargo, destacó la idea de que “el análisis del activismo cristiano no puede prescindir de la Gracia”.
Por su parte, Ignacio Arsuaga subrayó que su experiencia vital de dedicar una buena parte de su tiempo y esfuerzo en defender los valores humanos inspirados en la doctrina cristiana, le lleva a ver que existen tres pilares básicos para sostenerla en el tiempo: oración, formación y acción, que teniendo este orden de prelación, acaban por alimentarse unos a otros y desarrollándose juntos.
Pilares necesarios porque, explicó, “han pasado los días del cristianismo socialmente aceptado” de tal manera que “si un católico no se avergüenza, será llamado carca y homófobo, será marginado y atacado”. Por eso, surge la pregunta personal: “¿Soy capaz de pagar ese precio?”.
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