Del recuerdo de las primeras lecturas en su casa, “tantas madrugadas incapaz de soltar una historia”, la inolvidable corresponsal de TVE pensó en el futuro. “Puedo, aunque no me guste, imaginar un futuro sin la calidez del papel entre las manos, sustituido por la frialdad de un artilugio electrónico, pero no puedo imaginar un futuro de páginas en blanco”, concluyó.
El gabinete de Fausto, un ensayo sobre la historia de la lectoescritura
¿Dónde han leído y dónde leen los lectores? ¿En qué lugares han escrito y en cuáles escriben hoy los autores? Estas son las preguntas que han intentado responder Fernando Rodríguez de la Flor y Daniel Escandell en el libro El gabinete de Fausto: “teatros” de la escritura y la lectura a un lado y otro de la frontera digital, editado por el CSIC y presentado esta tarde en la Feria del Libro de Madrid. La obra recoge la descripción de los gabinetes de lectura y escritura, de las modificaciones que esos escenarios han sufrido a lo largo del tiempo, para terminar construyendo un ensayo sobre la historia de la lectoescritura. Rodríguez de la Flor, catedrático de Literatura española en la Universidad de Salamanca, admitió que su libro “evidencia, sobre todo en la primera parte, una cierta nostalgia de la presencia, del cuerpo, de la materia”, que es la misma añoranza a la que se rinden algunos escritores que “están recuperando viejas maneras de escribir en este tiempo de prácticas hibridadas en el que los ordenadores han pasado a ocupar el centro de los gabinetes sin que nos hayamos desprendido todavía de las herramientas clásicas de la creación”.
En la misma sesión, el CSIC presentó otra de sus novedades editoriales: Arte, magia e ilusión: las ilusiones ópticas en el arte y otras producciones visuales, un volumen coordinado por Ramón Díaz Padilla. La obra, fruto del trabajo de un equipo de investigación de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, ofrece un catálogo de ilusiones ópticas y analiza su presencia en el arte, el diseño, la arquitectura, el cine, la moda, la publicidad o la arquitectura.
La traducción
El Pabellón acogió a las 18:30 la mesa redonda “Escribir en euskera, publicar en castellano”, organizada por el Instituto Vasco Etxepare y el Gremio de Editores de Euskadi y moderada por Arantzazu Fernández.
Josu Zabaleta, Premio Nacional de Traducción en 2013, destacó la labor de ojeador del traductor “que busca en otras literaturas lo que puede ser interesante para nosotros” en contraposición al filtro que practican la media docena de agencias literarias que son “las que seleccionan la inmensa mayoría de lo que leemos”.
Por su parte, el novelista y poeta Rikardo Arregi valoró la labor de la revista electrónica Transcript, editada por Literature Across Frontiers, que “abre al mundo parte de la literatura en lenguas pequeñas”. El también traductor Karlos Cid señaló el trabajo ingente que supone traducir a lenguas con pocos lectores mientras que la escritora Karmele Jaio reflexionó sobre la autotraducción. En su caso, explicó, le ha sido imposible traducir sus obras: necesita reescribirlas en castellano.