Verano sin Ti es un texto caracterizado por ser tremendamente subjetivo y por explorar a cada paso los laberintos del inconsciente. La novela mezcla unos géneros con otros y llega a incluir también escenas relatadas en forma de actos teatrales o en forma de guión cinematográfico, de tal modo que se consigue una historia extravagante que logra aunar los rincones más profundos de la psicología con situaciones más divagantes para dar lugar a una historia sobre identidades perdidas e imaginadas
¿Qué le llevó a escribir Verano sin Ti?
Algunas cuestiones que siempre han rondado lo que escribo; el sentimiento de culpabilidad, la pérdida de identidad, el apetito sexual o la psicología interpersonal. De alguna manera Verano sin Ti es la búsqueda constante de algo que no existe, de una redención que ilumine los rincones oscuros de la naturaleza humana. Todo esto a través de una historia desprejuiciada y que avanza por unas tramas de concepción naif, aunque no exentas de carga introspectiva.
¿Cuál es el principal mensaje que quiere transmitir con el libro?
Líbrenme de intentar dar un mensaje concreto (risas). No estoy aquí para dar clases a nadie, simplemente cuento relatos fantásticos. Me encanta la concepción de ciertos autores, normalmente orientales, que tanto en cinematografía como en literatura no temen llevar la historia a un siguiente paso que ya parecía imposible. En Verano sin Ti el relato cambia de registro a cada paso para coger desprevenido. La intención era que la estructura narrativa fuera sorprendente y no respondiera a ningún patrón estándar.
¿En qué género encuadraría su libro?
La novela es un intergénero. Hay cuestiones cercanas a la aventura, el melodrama, la ciencia-ficción, el ensayo o incluso el costumbrismo. Me hizo especial ilusión cómo la catalogó un lector: opereta espacial de raíces sevillanas (risas).
¿Cómo definiría desde el punto de vista psicológico a Saúl, el protagonista de la novela?
Saúl tiene una personalidad tríptica que va descubriendo/recordando durante la historia. Hablé con el prologuista de la novela, el director de cine Agustí Villaronga, sobre la posible afección psicótica de Saúl. Identificamos varios trastornos de conducta y personalidad en él, pero todo se entremezcla, porque al comienzo parece afligido simplemente por un poder de imaginación subjetivo muy alto. Luego cuando llegamos a mitad de la novela, sobre el capítulo de Solsticio es cuando Saúl pierde perspectiva, alucina, y la novela alucina al mismo nivel que él.
¿De dónde procede toda la crisis existencial que sufre en la novela?
El personaje de Saúl está envuelto de una impertérrita angustia existencial. Si echamos la mirada atrás en el tiempo, desde la segunda mitad del siglo XX con la invención y detonación de la bomba atómica se produce un gran vacío existencial en la forma que el hombre se enfrenta a la naturaleza. En un concepto cercano a Nietzsche, diríamos que el hombre mata a dios y se transforma en superhombre, entonces sin tener un techo de conducta más elevado que él mismo cae en una crisis moral. Supongo que la angustia existencial es algo que ya viene de fábrica en el ADN de generaciones posteriores. La necesidad de trascender, de no morir, es la que inunda a Saúl. Sobrevivir al tiempo y ser su propio Dios. Hay una parte de Verano sin Ti que relaciona directamente la situación de crisis económica mundial con una crisis de valores. Es sólo la opinión del protagonista, y en este caso la mía también.
¿En su opinión, cuál es la mejor forma de encontrarnos con nuestro yo?
Es difícil de responder, ya que no podemos llegar a entender que nosotros mismos somos máquinas caducas. Un ser humano completamente consciente de su ser estaría paralizado, como un minusválido. Partiendo de esta base creo que nos podemos acercar a nuestro yo a través de métodos como el psicoanálisis, la meditación y la reflexión. Hay un texto del escritor alemán Peter Handke que se repite varias veces en la película El Cielo sobre Berlín: "¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy, no fuera antes de devenir; y que un día yo, el que yo soy, no seré más ese que soy?". Esclarece la dificultad a la que nos enfrentamos sólo con vivir y ser conscientes de ello.
¿Cuál es la importancia de las mujeres en la vida de Saúl?
Es una curiosidad incesante. Las mujeres son para Saúl un acontecimiento trémulo. Las contempla como si viniesen de otro planeta, se siente fascinado por sus formas, su comportamiento, su sexo. La compañía femenina le produce a Saúl un efecto alucinógeno, comparado al de algunas drogas.
¿Podemos vivir sin el amor?
Hay muchas clases de amor en este mundo. Si nos referimos al amor de pareja creo que se podría vivir sin él, pero es una triste riada no tener a quien volver. La soledad querida -y requerida- es una bendición, en cambio la soledad impuesta es el mayor horror.
En su libro habla de una raza extraterrestre, los nadouuk. ¿Piensa que compartimos la Tierra con seres de otros planetas?
Me gustaría creer en ello (risas). Siempre he sentido una gran atracción hacia lo sobrenatural, supongo que por eso mi nivel de permisividad a la hora de creer algo extraordinario puede ser más elevado que en otras personas.
¿Cómo podemos diferenciar a un nadouuk de un ser humano?
En la novela se dan pistas físicas al respecto. Pero más allá del aspecto se encuentra una forma diferente de caminar por el mundo, de dejar huella a través de una concepción tan subjetiva del entorno que todo parece nuevo visto por el filtro de un nadouuk.
¿Por qué encaja Freddie Mercury en este perfil, como se menciona en el libro?
Freddie Mercury, David Bowie, Cleopatra, Hitler, Dalí u Oscar Wilde son grandes exponentes de la raza nadouuk sin ninguna duda (risas). Se trata de personajes que parecen venidos de otros mundos.
¿Cuál ha sido la influencia del teatro en esta novela?
El teatro es vida. Hay un particular homenaje al teatro del absurdo en uno de los interludios -pequeñas piezas que completan información de la trama central y psicología del protagonista-. En su momento me maravillaba el universo de Ionesco y Becket, así que lo usé como excusa para retratar cuando Saúl se va de putas. No existe una situación tan sincera y animal, y a la vez tan chocante.
¿Y la influencia del cine?
- No es casualidad que el prólogo lo firme un director de cine. Verano sin Ti es muy visual. Soy un lector que devoro lo que cae en mis manos, pero no soy un gran lector. Es más, hay novelas o ensayos que por desidia dejo sin terminar. En cambio, no puedo apartar la cara de una pantalla de cine, de una película. El celuloide representa para mí una vía de escape que intento dejar palpable en las líneas del relato.
¿Qué puede decirnos acerca de la película The Barefoot Duke, la película que protagonizó?
Bueno, la protagoniza Tristan Nadalo, un personaje de la novela y el nombre a través de quien escribo este intergénero sevillano y alienígena. La idea de dotar al personaje de un pasado artístico y con cierto éxito minoritario le otorgaba esa prestancia "de culto". En 1954 el animal más bello del mundo, Ava Gardner, representaba en la gran pantalla The Barefoot Contessa, cuyo papel venía a ser una secreta biografía espiritual suya. Quería crear ese paralelismo con Nadalo y que significase lo mismo en su caso. Dejar marcado un "este soy yo" de manera sibilina antes de su desaparición pública.
¿Tiene algún nuevo proyecto en mente?
Actualmente trabajo en un guión literario. Ya he escrito varios -ninguno llevado al cine- Me gustaría que esta historia sí tuviera cabida en las salas. Lo protagoniza un superhéroe de cómic y versa sobre enfermedad, sentimiento de culpa y pérdida de identidad. Bueno, sobre lo que siempre escribo (risas).
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