Su última novela trata sobre la desaparición y asesinato de Soto y Zeberio, trasuntos de los desaparecidos y asesinados Lasa y Zabala, por lo tanto es una novela con una temática difícil que ha sabido tratar de forma honesta. "Cuando ocurrieron los hechos yo tenía ocho años, por eso me he tenido que documentar. La novela se basa en el sumario del juicio, pero todos los personajes de la novela son de ficción, aunque se cuentan los acontecimientos de forma verídica", explica el escritor donostiarra.
Contar los acontecimientos verídicos, reflejados en personajes de ficción ha sido el objetivo de Harkaitz Cano. "Es una historia que merecía ser contada. Como no me sentía capaz de hacer un reportaje al estilo de los grandes maestros del nuevo periodismo americano, he hecho una historia de ficción en la cual me he tomado grandes libertades, pero siempre teniendo una cierta responsabilidad", especifica Harkaitz.
El autor reconoce que la sensibilidad en el País Vasco es diferente al resto de España, por eso cuenta los hechos de una forma equidistante, "sin pretender objetivizar he hecho una versión de un hecho que no se agota con mi punto de vista", aclara. Sin embargo, una de las cosas que más le han satisfecho es el poder haber conocido a los familiares de Laza y Zabala; "me ha servido de catarsis conocer a estas personas que han sufrido mucho y que han sabido trascender su dolor", reconoce.
Cree que tienen una categoría moral extrema, que han sabido restañar sus heridas con la sabiduría del sosiego y el arte de sobrevivir. "¿Qué hacer con las heridas que van a estar siempre ahí y no se van a cerrar?", se pregunta el escritor. Quizá mejoren con la generosidad de las dos partes, con el diálogo y la comprensión. Ya lo dijo Borges, "no hay mejor venganza que el olvido", habrá que aprender a olvidar para poder convivir.
En casi todas las obras de Harkaitz Cano hay muchas referencias a la música, "soy un músico frustrado, un aprendiz de trompetista tan malo que me echaron de la banda a la que pertenecía -si hasta ahora has estado aquí es porque no había otro- me dijeron", cuenta con cierta amargura. Por eso le gusta que sus personajes escuchen música, "lo utilizo según el efecto que quiero conseguir, como por ejemplo, el jazz para conseguir fraseos muy largos", desvela el autor alguna de sus tácticas estilísticas.
En Twist hay menos música que la habitual en su obra. Incluso hay ese twist del título en la parte final de la novela. Pese a ser un baile frívolo, alegre, que se baila frente a frente, tiene que ver con el modo de comportarse los personajes, sin embrago, reconoce que "me gusta que el título no desvele lo que ocurre en la novela".
En la misma, no hay demasiadas páginas felices. Hay muchos contrastes, como contrapesos a lo que va a venir después. "Está diseñada como círculos concéntricos en sus ocho capítulos. Uno es el de Lasa y Zabala y los otros siete se van acercando o alejando de éste según transcurre la acción", dice Harkaitz Cano, siendo el último capítulo un canto a la amistad.
El libro es muy cinematográfico, en algo se tiene que notar que el autor ha escrito muchos guiones para la televisión. De ahí que utilice muchos quiebros de guión, muchas elipsis pronunciadas que cambian el sentido de la narración, llevando el autor al lector al punto que quiere.
"Un escritor ha de correr riesgos, bajar al lodazal y tratar de salir de él. Vencer el poder de la contradicción, irritar a sus amigos, ponerse en la piel de sus enemigos", es su filosofía como escritor y no cabe duda que su filosofía le ha traído más beneficios que problemas, porque reconoce que "este libro me ha dado mucho, ya que toca la fibra sensible de muchos porque les concernía". El libro en su versión en euskera se ha movido a la perfección en muchos clubes de lectura.
Ahora con la traducción al castellano, avanza en su intención de ser conocido en el resto de España; "la traducción es muy importante, es la primera vez que no la hago yo. La ha realizado espléndidamente Gerardo Markuleta que, por cierto, va a presentar su nuevo libro próximamente en la misma editorial", refiere. Esta vez no ha querido volver a meterse en esta historia tan fuerte otra vez.
La convivencia entre los dos idiomas en Euskadi es otra de sus preocupaciones, "hay un stress lingüístico que se debería solucionar por la generosidad de las dos partes, ya que hay un duelo lingüístico, lo cual es un desprecio por las dos partes", apunta. Desde luego, Harkaitz Cano no está por el desprecio y sí por la convivencia y la comprensión. Contar los sucesos desgarradores es una forma de intentar comprender, aunque él bien sabe que la función de un escritor es "matizar"; matizar y describir para que el lector tome su propia decisión. Su libro lo consigue y es un autor al que vamos a tener en cuenta por calidad y originalidad.
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