Antonio Cabanas trabaja como piloto en Iberia
Su trabajo como piloto en Iberia le ha llevado por todos los rincones del mundo. Pero su amor por un país, su Historia, su cultura, le ha llevado a vivir en él grandes momentos. Antonio Cabanas es un experto y un enamorado de Egipto, país sobre el que ya ha escrito seis novelas, la más famosa El hijo del desierto. Ha realizado estudios de egiptología, así como de lengua egipcia y escritura jeroglífica, siendo miembro de la Asociación Española de Egiptología desde el año 1990. El Aguijón ha charlado con él sobre sus novelas, la Historia esplendorosa del país del Nilo y la difícil situación política que ahora atraviesa.
¿Qué tiene Egipto que tanto le fascina?
Tiene todo. Tiene la magia. Es el origen de la civilización. La civilización occidental se basa en la que definimos como cultura clásica, de Grecia y Roma, pero ellos bebieron antes de la cultura egipcia.
¿Qué secretos cuenta en su nueva novela?
Más que un secreto de la historia de Egipto es el secreto de uno de los protagonistas. Es una epopeya de casi 900 páginas. Se relata todo un fresco de la sociedad del antiguo Egipto, muy similar a la nuestra: hubo gran abundancia con grandes derroches y luego un caos económico. La Historia se repite, es cíclica. Hablo de unos personajes históricos muy subjetivos, como son Nefertiti y Tutankamón.
¿Sobre qué personajes de la historia de Egipto le queda por escribir?
He escrito sobre muchos pero no tengo uno preferido. La decimoctava dinastía es la más famosa porque son unos personajes muy atrayentes. Aunque son históricas, mis novelas son más bien novelas de personajes. Lo importante son las personas. Pretende plasmar que puede que las sociedades cambien, pero las personas no.
¿Qué opina de la actual situación de Egipto?
Es una situación muy complicada. Es un cambio político difícil. Después de tantos años con un gobierno que controlaba el país, ahora acaba una era. Egipto quiere un poco pasar a la democracia, a las elecciones y todo esto es complicado, difícil. Se necesita siempre de una educación que se va forjando con los años. Si no la has tenido nunca no es sencillo, necesitas estabilidad para avanzar. También nos pasó a nosotros. Tardará años, pero confío en que en un futuro Egipto llegará a donde quiera.
¿No cree que la actual situación política pueda manchar el ideal que la gente tiene de su Historia?
Hay dos Egiptos: el faraónico y el islámico. No tienen nada que ver el uno con el otro. Es una historia tan, tan antigua que ya no tiene nada que ver con la actualidad. Ellos no se miran en ese espejo. La sociedad es musulmana, islámica, aunque fuera un país en el que hace 3000 años hubo una cultura puramente egipcia. Hay que diferenciarlo.
¿Cómo es la vida diaria de un occidental en Egipto?
Desde que se fue Mubarak no he vuelto. Antes mi vida allí era magnífica. Siempre me trataron muy bien. Era considerado un hijo más. Podría tener hasta la residencia. Allí tengo grandes amistades. No se nota la diferencia con respecto a la población egipcia. Me he tomado mis cocacolas con amigos y todo era normal.
Ahora el British recorre la Historia de la Humanidad con 100 objeto.
¿Qué mostraría usted para encarnar al Antiguo Egipto?
Fundamentalmente la Piedra Rosetta por un motivo: nos sirvió para comprender los jeroglíficos que nos enseñaron a leer su escritura y su Historia. Monumentalmente, los grandes monumentos de Egipto siempre me subyugan. La Piedra Rosetta y las pirámides son lo más fundamental para comprender la Historia de Egipto.
¿Y qué crees que pasará con todas las reliquias expoliadas que tiene el museo?
Cuidado. Los expolios son robos. Hay muchos objetos del museo que no han sido robados aunque muchos lo digan. Habrá algunos que sí, pero otros no. Todo depende. Antiguamente era legal saquear determinadas piezas, había acuerdos, con lo que estaba permitido. Defiendo a ultranza que cada pueblo tenga su patrimonio, pero muchas veces alegremente, por desconocimiento, se trata todo por el mismo rasero. Soy un gran enemigo de los mercados negros. Los expolios son ilegales, pero otras veces las piezas se han encontrado y han sido formas de pago para los excavadores. Hablo de hace casi cien años. Los tiempos y las formas cambian.
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