Sangre en la calle del Turco es su última novela. En ella trata las intrigas políticas entre los diferentes aspirantes europeos al trono y los opositores a la política de Prim desde el punto de vista de un periodista que vivió en primera persona los momentos más críticos de la historia de España de aquella época. Calvo Poyato ha dedicado su vida profesional a la investigación histórica con libros sobre la época que he reseñado más arriba. Además sus novelas históricas son un fiel reflejo de ese convulso siglo XIX. Obras como Conjura en Madrid, La Biblia Negra, La Orden Negra o El sueño de Hipatia le han catapultado a un merecido reconocimiento por parte de los lectores españoles.
¿Qué le llevó a escribir Sangre en la calle del Turco?
Básicamente el personaje de Prim -el único de los cinco presidentes de gobierno asesinados en España cuyos asesinos no fueron condenados- y el atractivo del periodo histórico de 1868-1874, que transcurre entre el destronamiento de Isabel II y la Restauración de los Borbones. Creo que Prim es una figura histórica de extraordinario interés y su muerte tiene mucho de novelesco.
¿Cuál cree que fue la principal influencia de Prim en la política desde 1868?
Prim, que era monárquico como la inmensa mayoría de los militares españoles de la época, era antiborbónico porque deseaba una monarquía en la que el poder de la Corona fuera representativo. Al final es el modelo que hoy rige en España. Como no se fiaba de los Borbones, buscó entronizar una nueva dinastía. Fue la de Saboya, pero la muerte de Prim hizo que el intento se frustrara dos años después.
¿Cómo logró sustentarse tanto tiempo una monarquía sin rey?
No fue excesivamente largo. Amadeo fue elegido por las Cortes en noviembre de 1870. Es cierto que, desde que se destronó a Isabel II habían transcurrido más de dos años, pero Serrano desempeñó el papel de Regente de forma adecuada, le gustaba mucho el oropel del cargo. Es cierto también que Prim encontró más dificultades de las esperadas en conseguir una testa que coronar. ¡Para monarquía sin rey durante mucho tiempo el franquismo! Franco definió la España en la que mandaba como una monarquía.
Sé que un historiador no debe especular acerca de lo que no pasó, pero ¿qué piensa que hubiera sucedido si Prim hubiera seguido vivo?
Eso, efectivamente, no es historia. Estaríamos moviéndonos en lo que llamamos una ucronía. Creo que si Prim no hubiera sido asesinado, posiblemente Amadeo de Saboya hubiera tenido más apoyos y, tal vez, hubiera actuado de forma diferente. Fue un monarca muy escrupuloso con el papel que le asignaba la Constitución de 1869. Pero como le digo todo eso es pura fantasía. Los hechos fueron como ocurrieron.
¿Se podría haber salvado realmente al general si los médicos hubieran actuado correctamente tras el tiroteo?
Creo conveniente aclarar que en la calle del Turco el tiroteo fue exactamente acribillamiento. Ni Prim ni sus ayudantes iban armados y, por lo tanto no respondieron al fuego de los asesinos. Las heridas de Prim nunca fueron señaladas como mortales en los partes facultativos, a lo sumo se las calificó como graves. Todo indica que el tratamiento de las heridas -en un dedo, en el codo y tres en el hombro- no fue el adecuado y cuando se acudió al doctor Sánchez Toca -la eminencia médica de la época- a los tres días del atentado, era demasiado tarde. Hay quien ha sugerido que la trama para asesinarle influyó, pero pienso que no hay mucho de cierto.
Las teorías sobre el asesinato de Prim siguen sin una respuesta irrevocable. ¿Quiénes cree que fueron sus asesinos?
Distinguiría entre los autores materiales y lo que ahora se llaman autores intelectuales. Yo tengo pocas dudas de que en la calle del Turco estuvo el diputado republicano José Paul y Angulo, dirigiendo a los asesinos. Prim y uno de sus ayudantes identificaron su voz y además hay otras pruebas contundentes que lo señalan. Sin embargo, Prim aseguraba en el lecho de muerte que no lo mataban los republicanos. Sobre la trama que urdió el atentado hay mayores dudas. Pero la respuesta a la pregunta de ¿a quién beneficiaba la muerte de Prim? Nos puede dar algunas pistas. Hay sospechas muy fundamentadas sobre el duque de Montpensier y sobre el general Serrano.
Según se ha podido ver en la novela ¿los políticos españoles se peleaban por cualquier tontería, al igual que ahora?
Es frecuente que en política se debata, a veces con mucha vehemencia, sobre cuestiones baladíes; es cierto. Pero en el Congreso de los Diputados de 1870 se discutió de cuestiones de mucha enjundia. Había que elegir entre república y monarquía y en este segundo caso, decidirse por una nueva dinastía. Esas son cuestiones importantes.
El siglo XIX fue el siglo de la prensa ¿Cuál fue la influencia de los periódicos en la vida cotidiana?
Muy escasa. En 1870 el ochenta por ciento de la población era analfabeta. No podía leer el periódico. Entre las mujeres ese porcentaje se elevaba aún más. A pesar de que alguno que supiera leer se lo leyera a otros que no podían, lo que se escribía en los periódicos llegaba a un número reducido de personas. No obstante, el hecho de que parte importante de sus páginas estuviera dedicado a anuncios, significa que tenía influencia en ciertos sectores, desde luego entre la población más acomodada.
¿Qué papel jugó la prensa en la política?
Pienso que en ese terreno fue importante. Los periódicos decimonónicos, por regla general, estaban muy politizados. Era frecuente que aparecieran publicaciones cuya vida se reducía al tiempo de las elecciones y se anunciaban como defensores de tal o cual ideología e incluso de políticos concretos. Piense que la prensa, también los libros evidentemente, era el único medio de difusión de ideas.
¿Se descubrió realmente algún caso sonado de satanismo en el Madrid del siglo XIX?
Sí, el ocultismo y el satanismo tuvieron sus seguidores. Era una moda que se impuso en las grandes capitales europeas de la época y se celebraban reuniones para adorar al diablo, realizar prácticas de magia negra y otras actividades ocultas. En ese sentido la novela refleja una realidad. No se difundía, como es lógico, sino que se mantenía en secreto. Pero existía.
¿Qué influencia tuvo en España la guerra francoprusiana?
Las que pudieran derivarse de la caída del II Imperio francés y de Napoleón III que, en realidad, no fueron muchas. La Historia de España del XIX es, en buena medida, la historia de un país que se ha aislado mucho y está prácticamente al margen de los grandes sistemas de alianzas del momento, los llamados sistemas bismarckianos. En realidad Bismarck utilizó la posibilidad de que Leopoldo de Hohenzollern fuera proclamado rey de España para que los franceses le declarasen la guerra. Napoleón III no quería tener a la misma familia reinante al este del Rin y al sur de los Pirineos.
¿Podemos esperar nuevos títulos suyos pronto?
Un escritor está siempre escribiendo o maquinando acerca de lo que va a escribir. Estoy ahora reuniendo datos sobre lo que será mi próxima novela.
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