En una desordenada y casual unidad El inconsciente es el gran hangar de Ikea pero muy desordenado, más aún, sin orden ni concierto (L3), todos los artículos publicados resultan ser un Lugar de encuentro donde se da cita lo personal y lo social. (L1).
A través de los sucesivos textos de este libro van manando de forma natural recuerdos de la infancia de María Antonia en la sugerente Casa del Rumor que enmudecía a la hora de la siesta y de la niña aprendiza de periodista que, de adulta, regalará a su menina la pasión por el reportaje y su Olivetti azul para que la adolescente descubra los placeres de lo analógico en pleno siglo XXI.
Mientras escribe los artículos para Lanza, María Antonia se va desvelando en todo su esplendor narrativo y a la vez va descubriéndose a sí misma el tesoro de su infancia, sus primeras veces, las nuevas sensaciones, los acontecimientos.
“La mente es una tablilla rasa de cera, donde el buril de la vida escribe”.
“Mi vida es el recuerdo de un verano inmenso, sin fin, bajo el azul de un gran toldo”.
El recuerdo de la niña bodeguera… criada entre el olor del mosto y la tierra. Y allí estaba también Tintín, mon amour.
Se llama coleccionista-analista de élites femeninas, afirmación radicalmente cierta, dada su vocación de feminismo intelectual y pasional, aunque yo diría que tampoco se priva de coleccionar élites masculinas, como García Márquez, Borges o Montaigne (aquí tengo que confesar el enorme placer de un universo de afinidades compartidas con María Antonia). Y el mayor ejemplo de élite femenina surge cuando se define a sí misma.
María Antonia tiene dos patrias porque su mundo de algún modo se concentra en dos continentes, Europa y América: la Mancha, la inmensa llanura de El Quijote; y la Nuestraamérica, de José Marti; con los españoles de América y los americanos de España, de Rubén Darío.
“Hablo de Territorio Mancha sin localismo alguno, nacionalismos tan en boga, y sí con toda la universalidad de su fuerza simbólica.”
“El otro continente es un flamboyán arrasando Pacífico y Caribe”.
“Soy una aprendiz de América”.
Se manifiesta en contra de la alienación de las redes sociales, que representa como rebaños de cordero.
“Escribo en pro de la literatura, y de la alta cultura, que es la cultura sin más, lo otro son excrecencias del sistema, mercaderías aplaudidas por el silencio de los corderos. En la actualidad, su silencio ha pasado a ser el aplauso de los corderos, cuyo balido suena así en los amplificadores de las redes sociales: me gustaaaa, me gustaaaa, gustaaaaaaaa.”
Sus textos no dejan de ser un tránsito por su equipaje cultural, un viaje por los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida: “El viaje es metáfora de la vida; la vida, safari peligroso”. El viaje, la metáfora de lo que vivimos, el viaje entre la realidad y el deseo. Y la literatura, el mayor exponente de la vida y el viaje. La felicidad está en el contraste, todo lo hago nuevo, un lema de María Antonia que no está en estas páginas, pero que describe con clarividencia su idea de la vida, desde los gestos más sencillos del día hasta los más peculiares y diferentes.
Las páginas de los artículos que conforman este compendio van deslizándose por el espejo calmado de un río de sabiduría profunda que, siguiendo su curso, puede terminar transformado en una cascada salvaje dentro de una selva ilimitada. “Mi obra lírica arranca en 2010, como si el agua-poesía hubiera reventado un dique, y hubiera saltado sobre mi vida. La poesía es el río que me lleva”. Y de su corpus-equipaje en lugar de fulares, blusas, camisetas, vestidos, pantalones, sandalias o zapatillas, María Antonia saca baúles de libros; recuerdos de la infancia, la onírica película recién vista, la cita extraída de un escrito afortunado, un paisaje nuevo, la biografía de una escritora admirada, el rincón de una ciudad vista con ojos nuevos. Todo es motivo de comentario sugerente con el objetivo de compartir vivencias y sensaciones únicas, con el otro, con el hermano, o mejor, con la hermana poeta, con la escritora anticanon.
Como Ferviente católica y feminista radical define a Emilia Pardo Bazán, que dijo: “Todo se me ha regateado con avaricia; he ido conquistando el terreno palmo a palmo. Es cierto que tuve público desde mi primera novela, pero era una caminata por las dunas; avanzaba y fuerzas invisibles me hacían retroceder […] Por reprochar, hasta se me reprochaba el disfrutar de buena salud”.
Como feminista radical y devota cristiana se define a sí misma. Y emprende en sus textos incansables batallas contra la educación patriarcal y la asunción del papel de la mujer consecuencia del reparto de roles de ese sistema obsoleto. El síndrome Dorys Day: un vivir entre la Aspiradora y la Pluma, nunca posible en un hombre. La mujer contra todo e incluso contra sí misma. Pilar Primo de Rivera escribió El manual de la buena esposa donde decía que las mujeres tenían que dedicarse a la familia y a los hijos - Por cierto, ella nunca se casó- Su frase más famosa fue: Las mujeres nunca descubren nada, les falta talento creador reservado por Dios para las inteligencias varoniles. El Patriarcado define a la mujer, como: “Ser en función de otro” (Ortega y Gasset), o “Él para el Estado, ella para él” (Hobbes). Contra ese rol asumido de ser sólo un peón en el tablero es al que infatigablemente se enfrenta García de León.
Y precisamente coleccionará y analizará élites femeninas para demostrar el talento creador secularmente ocultado de las mujeres. Dedica sus textos a las autoras que admira, a Emilia Pardo Bazán de la que escribe varios artículos; a Carmen Marín Gaite; a Clarice Lispector; a Annie Ernaux; incluso a Cecilia Böhl de Faber, a la que salva por sus sentidas cartas, calificándola de plúmbea cuando escribe novelas con el pseudónimo masculino de Fernán Caballero; a la gran Egeria, la patricia romana, la monja Egeria, la viajera que conoció los límites del imperio romano y los escribió y describió en su Itinerarium ad loca sancta; a la gran fotógrafa Cristina García Rodero….
En sus artículos sobre feminismo continúa su labor sociológica y la enlaza con su poemario más reciente y reivindicativo Escucha la elocuencia de mi corazón y nos habla de proyectos de empoderamiento femenino como Women who will, Women’s legacy o Españolas por descubrir…, mientras se lamenta de la situación de las mujeres en otros lugares, por ejemplo, del silencio de las mujeres afganas en un artículo dedicado a Nadia Anjuman.
Se ha producido un punto de no retorno, salvo hecatombes reaccionarias contra la mujer y contra todo. La sociedad actual tiene que contar ineludiblemente con esta clase emergente que somos las mujeres. Este es el fenómeno que llamo masa crítica de género. […] Femenino singular […] Lo “salvaje” de las mujeres, hemos estado siempre fuera de la Historia, fuera del poder, ergo, fuera del canon.
“No estoy sola, son tiempos del yo. Somos montaignes del Siglo XXI: el mayor arte es ser uno mismo”.
“Cada persona es única en su especie. En un ser humano, se agota toda una especie”.
Más allá de agotar la especie un ser humano la engrandece, la resume, concentra su esencia. Y se reconoce en el tú, con el que comparte y se identifica. Soy tú es el título de una antología poética de María Antonia.
“Otros días soy un óleo de Morandi. Soy una de las tazas de porcelana de las tías de Morandi que él pintaba obsesivamente. Casi nunca salió de su casa. En esa taza concentraba el pintor todo el universo. Esa taza es mi vida hoy […]. Los sentimientos son las incontables hojas de un árbol en plena floración. Mis pensamientos son la larga e imperturbable fila de hormigas, que afanosamente transportan el grano del logos al hormiguero”.
Esa es María Antonia en su poesía, en sus estudios de género, en sus artículos, el lugar donde sentimos el perfume de sus ideas en plena floración, el lugar donde la sentimos.
Y le agradecemos ese regalo.
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