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"Violante de Aragón", de María Jesús Fuente Pérez

Ed. Dykinson 2017
jueves 06 de febrero de 2025, 20:19h
Violante de Aragón
Violante de Aragón
Este libro es más que interesante, y por lo tanto, lo juzgo esencial. Pero, como es habitual, desgraciadamente para mi esfuerzo intelectual, el título no es el ortodoxamente correcto, ya que la titulación, siempre, del esposo es la de rey de Castilla, de León y del Andalucía; por consiguiente, Violante, la hija del rey Jaime I “el Conquistador” de Aragón y esposa del Rey Sabio, será soberana de Castilla, de León y del Andalucía.

Y así seguiremos desde el riguroso leonesismo histórico e historiográfico, defendiendo la nunca jamás desaparición del concepto del Reino de León, y la consiguiente denominación del mismo en los monarcas de los dos reinos, hasta inclusive Isabel I “la Católica”. Lo castellanista es erróneo y equivocado. Por ejemplo, la Reina Católica se define como: ‘Reina e subcessora destos reinos de Castilla et de León…’. Es paradójico que en la nota-9 de la página 13 se indique, taxativamente, que: ‘Varias reinas de Castilla y León, y de la Corona de Aragón han sido objeto de estudios interesantes…’. El nombre de Violante aparece en las tierras hispánicas del Medioevo ya en el año de 1235, cuando la princesa húngara Iolant/Violant vino a matrimoniarse con el todopoderoso y gigantesco (medía 2.00 metros de altura) rey de los reinos de Aragón, Jaime I “el Conquistador”.

El fruto primogénito de este matrimonio regio, sería nominada asimismo como Violante, y cuando le llegó la edad para ello, la casarían con el heredero de los reinos de Castilla y de León, quien sería como rey Alfonso X “el Sabio” de dichos reinos ya citados. Sería reina-consorte entre 1252 y 1300. Es indudable que del Rey Sabio se han escrito y publicado varias biografías, entre otras la de este humilde servidor: “El rey Alfonso X “el Sabio” de León y de Castilla. Su vida y su época. Editorial El Lobo Sapiens. 2017. León”. Esta monarca sería la madre-política de María de Molina, y la madre sensu stricto del rey Sancho IV de Castilla y de León. Y no tengo ninguna duda de que las mujeres que se sentaron en el trono del Reino de León, y que luego serían importantes políticamente, también cuando lo fueran de los dos reinos de Castilla y de León, verbigracia, de León: Adosinda, Aragonta, Jimena, Urraca, Onneca, Elvira, Velasquita, Berenguela, Zaida, Costanza, Sancha, etc., siendo el paradigma de las reinas medievales: Urraca I de León (Imperatrix Legionis et Regina tute Yspanie). Las biografías de las reinas medievales están de actualidad, y así he formado parte de este hecho con mi libro (Urraca I de León. Primera Reina y Emperatriz de Europa. Editorial El Lobo Sapiens. 2020. León), y con trabajos sobre ellas.

En las últimas dos décadas los estudios sobre las reinas han dirigido la atención hacia aspectos bien diferentes. Uno de los libros más recientes sobre la realeza femenina, Queenship in the Mediterranean, apunta el interés de estudiar a las reinas como esposas y madres, pero muy especialmente como ‘actrices políticas’. En efecto, las preguntas de la historiografía reciente se han dirigido, en primer lugar, a examinar el papel de las reinas en la política del reino; se ha defendido, en estudios sobre reinas inglesas en particular, que en el siglo XIII, cuando reinó Violante de Aragón, las reinas habían perdido autoridad, quedando limitadas a una acción intercesora o mediadora. En segundo lugar se han planteado cuestiones sobre aspectos familiares o personales: cómo se presentaba la imagen de la reina y cómo afectaba o podía afectar a la imagen de su esposo, y cómo interactuaba con otros miembros de la familia real, en particular con las mujeres. En tercer lugar se han planteado preguntas sobre las fórmulas y los medios utilizados por las reinas para participar de forma efectiva en la política del reino. Todas estas cuestiones, presentes en estudios sobre las reinas medievales en general, son aspectos básicos a tener en cuenta en el estudio de la figura de Violante de Aragón”.

Las reinas hispánicas medievales tienen poder suficiente, y este hecho está documentado en la mayor parte de las crónicas; lo que es palpable en algunos de los textos del Reino de León, por ejemplo, Fernando I de León define claramente quien es la propietaria de dicho reino y como es ella, la Reina Sancha I de León, la que decide, paladinamente, como se dividirá la Corona, inclusive el territorio dependiente de León, llamado Burgos o Castilla.

Fredenandus annos viginti septem regnavit: qui in vita sua cum uxore sua nomine Sancia, Regis Adefonsi filia, ad quam Regnum pertinebat, ipsum Regnum inter tres filios ejus, Sancium scilicet, Adefonsum, Garseam, divisit; et Sancio primogenito totam Castellam cum Asturiis Sanctae Julianae”. «Violante de Aragón, reina de Castilla por su matrimonio con Alfonso X el Sabio, es una de las figuras femeninas más interesantes, y más desconocidas, de la Edad Media hispana. Hija de Jaime I de Aragón y de Violante de Hungría, y madre de Sancho IV de Castilla, su papel fue crucial en momentos claves de la política del reino. Mientras que de Alfonso X se han escrito varias biografías, de Violante no se ha escrito ninguna. Esta es la primera biografía dedicada a ella. Basada en fuentes documentales en buena parte inéditas, se analiza su figura siguiendo el paradigma de ‘los dos cuerpos del rey’, y se contempla su intervención política a través de los medios considerados propios de las reinas: intercesión y mediación, y patrocinio cultural y religioso». Las cualidades esenciales de la reina están definidas, claramente, en el Libro de las Partidas, II, título VI, ley I: “…Que venga de buen linaje, que sea fermosa, que sea bien acostumbrada, que sea rica…”.

Por lo tanto, esta definición referida a cuatro de las cualidades esenciales de la reina Violante de Castilla y de León están bien delineadas. El buen linaje y la hermosura señalan, sin circunloquios, cuales deben ser las que se refieren al aspecto físico, y están adornadas por las otras dos como son las de tener buenas costumbres, y un nivel económico propio de una reina. Las cualidades indicadas en este libro, peyorativas para las reinas de ‘criar y casar’, no corresponden a la realidad, ya que las féminas regias decidían, y en el caso de la familia de Alfonso VI de León es muy claro, siendo esta familia del siglo XI. “Para criar se precisaba buena salud, pero como criar no era solo dar a luz y amamantar, las buenas costumbres y el buen linaje eran garantía de que la crianza, como acto educativo, pudiera tener éxito”. El que fuese la facedora de hijos, implicaba autoridad suficiente para poder decidir sobre las cuestiones políticas, y esto es así en los Reinos de León (sobre todo), de Navarra, de Aragón, de Portugal y de Castilla. En suma, con las salvedades indicadas, es loable que se haya publicado un libro sobre una reina medieval, así tenemos una consciencia nítida sobre todas ellas, y se enriquece la ubérrima historiografía medieval hispánica. La maternidad daba derecho a decidir en política, mezclando lo personal y lo político. ¡Recomiendo, sí! Iustitia est unicuique dare quod suum est. ET. Quod omnes tangit ab omnibus approbari debet».

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